Cualitlacatl Corquidi, María Antonia y Tonaltlacatl Alberto.

Abolengo cecehachero

Los abuelos de Tonan, sus padres, y ahora él, son egresados del CCH

Abolengo cecehachero
Los abuelos de Tonan, sus padres, y ahora él, son egresados del CCH

Un cordón azul y oro une la vida de la familia López González, el padre psicólogo, la madre enfermera obstetra y el retoño, heredero del respaldo, comprensión y amor de los padres universitarios. Él tiene puestas sus aspiraciones en la biología o la lingüística, tal vez porque al estudiar dicha disciplina pueda convertirse en divulgador de la ciencia o trasmitir de mejor manera miles de ideas qua pasan por su inquieta cabeza. 

Los tres egresados del CCH hoy son las ramas y frutos de un frondoso árbol genealógico que echó raíces firmes hace años, pues los abuelos de Tonaltlacatl Alberto López González, de 19 años y alumno que este ciclo escolar concluye sus estudios en el plantel Sur, fueron los primeros en pertenecer a esta institución.

“Ser la tercera generación de una familia de egresados del Colegio es algo muy especial porque cada uno de nosotros tenemos una historia propia que contar; como compartir el esfuerzo y las dificultades que tuvimos que pasar para concluir con los estudios, o las ocasiones más significativas y felices que nos dio el CCH para ser quienes somos en este momento”, expresó con satisfacción el chico. 

Del plantel se lleva amistades, experiencias y una sólida formación académica “que me motiva a afrontar y entender la realidad que vivo, para, en lo posible, contribuir en los cambios sociales a que haya lugar”, explicó, no sin antes agradecer el apoyo de sus padres.  

María Antonia González Velázquez, madre de Tonaltlacatl, quien concluye estudios de la especialidad en Enfermería del Neonato, en la Escuela Nacional de Enfermería de la UNAM, destacó que “el CCH me ha dejado como legado el entusiasmo con que los profesores enfrentan los problemas sociales y, sobre todo, a continuar adquiriendo conocimientos”.

“Hoy me toca compartir con mi familia el gusto por concluir estudios en la Universidad, en este logro el apoyo de mi esposo Cualitlacatl Corquidi López Megarejo, generación 1993, ha sido incondicional. Él es el pilar de la familia, quien con generosidad y desde el primer día que nos conocimos en clases en el plantel Naucalpan, ha sabido transmitir en el entorno familiar el valor y agradecimiento que debemos tener a la UNAM”, apuntó la exalumna de la generación 1994. 

En la suma de reflexiones, Tonan como lo llaman sus amigos y familiares, resumió: “No cabemos en palabras para agradecer lo que la Universidad y el Colegio han hecho por nosotros en tres generaciones de universitarios”. 

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