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Cómo hacerse millonario antes de que muera la abuela

El film se da su tiempo para develar aquellos detalles que potencian toda la narrativa

Cómo hacerse millonario antes de que muera la abuela
El film se da su tiempo para develar aquellos detalles que potencian toda la narrativa

Sin duda, Cómo hacerse millonario antes de que muera la abuela es una historia que te hará llorar y no por las escenas dramáticas o los conflictos, sino por lo real que se siente. Te hace apreciar la vida y darte cuenta de que solo es un viaje y debes estar para las personas que más lo necesitan.

Habla de un chico que, tras abandonar la universidad y no hacer nada con su vida, se entera de que su abuela tiene cáncer y le queda poco tiempo.

Por ese motivo, decide cuidarla, pero su intención real es quedarse con su herencia. No lo hace por amor, sino porque vio que su prima heredó mucho dinero por haber cuidado a su abuelo. Por eso, él se dispone a  acompañar a su abuela hasta el final de sus días.

Como dije, esta es una historia que cualquiera pudo haber vivido, lo vive o vivirá, y por eso llega al corazón.

Con planos a detalle y secuencias largas, se transmite muy bien el mensaje, no como otras películas actuales que están llenas de cortes y van rápido hasta saturarte; ésta se toma el tiempo de mostrarte cada acción y cada momento, incluso si se vuelve rutinario, pero eso permite que comprendas mejor la historia.

Se debe prestar atención, dejar a un lado el celular y observar lo que se muestra, porque cuenta mucho sin necesidad de decir tanto. Se vuelve muy satisfactorio ver la increíble fotografía. Aunque al inicio se piensa que será una historia predecible o aburrida, es seguro que terminarás conmovido. Las locaciones también ayudan bastante a conocer el lugar donde se desarrolla.

Sí, la historia es muy predecible, pero el mensaje está en el camino, no en el final. Muestra lo difícil que puede ser la soledad en esa etapa de la vida, cómo la rutina apaga las cosas y lo más valioso no es el dinero, sino la conexión con el otro.

En ese punto de la vida lo mínimo puede significar mucho para un ser querido. Esto se puede trasladar a la experiencia propia. El tema de la muerte, para muchos, es complicado, pero la película lo aborda con sensibilidad, lo lleva poco a poco, sin forzar el llanto o creando momentos muy dramáticos.

La música y la fotografía acompañan, pero no son el centro de la emoción. Lo que realmente mueve es lo humano, lo cotidiano, lo que podría pasarle a cualquiera. Es una película que no necesita grandes giros para dejar huella y provocar lágrimas. 

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