La pasión por el trabajo, así como para dejar huella en la formación vocacional de los educandos que por generaciones han preparado en el fortalecimiento de la investigación en laboratorio y práctica de campo en el plantel Vallejo del CCH, son el motor que impulsa a diferentes docentes que trabajan con proyectos relacionados con los polinizadores en el Siladin.
Abejas, abejorros, mariposas, colibríes y murciélagos nectarívoros, entre otros, se alimentan del néctar de las flores y mueven su polen, propiciando su reproducción y aparición de frutos.
En el plantel Vallejo, desde hace más de 20 años, surgió la inquietud de un grupo de docentes del Área de Ciencias Experimentales por desarrollar un proyecto de carácter educativo ambiental, labor que se confirmó en 1991 con el Museo Vivo de Plantas, Nochtli y el Mariposario Xochiquetzal en 2009.
“Son más de cinco mil los estudiantes que a lo largo de este tiempo se han atendido y formado en el terreno experimental de laboratorio y práctica de campo de las plantas y polinizadores”, indicó María Elena Ortiz, responsable del mariposario.
Destacó que el proyecto ha rendido frutos importantes en este tiempo, para contribuir en la preservación y cuidado de las especies correspondientes; así como para despertar la vocacion científica en los jóvenes.
La profesora Mariela Rosales Peña, quien también ha desarrollado proyectos sobre polinizadores y jardines para la reproducción de mariposas, y que hoy centra sus esfuerzos en el acuario del Siladin, destacó que el plantel Vallejo es un refugio en la zona para la reproducción de diversas especies de mariposas migratorias, pericos argentinos y otras aves; “por lo que es importante crear en los jóvenes una conciencia ecológica”.
