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Comparten la ciencia y la filosofía

La lectura y el pensamiento son dos agentes interdependientes

Comparten la ciencia y la filosofía
La lectura y el pensamiento son dos agentes interdependientes

La filosofía es la disciplina del conocimiento que trabaja con conceptos, por lo que se requiere de pensamiento abstracto. Sin embargo, resulta muy enriquecedor cuando vamos aproximándonos a la filosofía, igual que pasa con las ciencias, recurrir al uso de imágenes, ejemplos o relatos.

Por la complejidad de los conceptos de la ciencia y la filosofía, ambas disciplinas requieren la ficción, los modelos, los experimentos mentales y la literatura en general.

En la historia de la filosofía se menciona la transición del mito al logos, siendo el mejor ejemplo la filosofía de Aristóteles.

No obstante, Platón recurrió al mito, a la imaginación y la recreación de alegorías como la de la caverna, el auriga o coche tirado por caballos, la imagen del andrógino, la referencia al anillo de Giges o la República como utopía política.

En Platón se conjuga racionalidad e imaginación, sus ideas han influido en el pensamiento occidental, pero su efecto en la memoria tiene que ver también con la forma de contarlo.

Las fábulas, con sus moralejas, brindan enseñanzas morales. Aristóteles menciona en su Poética el papel de las tragedias como una didáctica moral.

Además, los cuentos crean imágenes mentales, arquetipos, símbolos, en los que logran el efecto de comprender y quedar en la memoria, pero también dotan recursos para la imaginación.

El uso de la literatura despierta la curiosidad en otras disciplinas. Hay verdades científicas y verdades morales (Poincaré, en Negrete, 2014: 124), pero al fomentar el interés se puede conducir al aprendizaje significativo.

En el caso de la enseñanza de la filosofía en el aula, son importantes las novelas filosóficas de Mathew Lipman, que no sólo se trata de literatura infantil y juvenil, sino de un método didáctico de la filosofía a partir del planteamiento de problemas y situaciones donde se discuten e indagan temas, problemas, ideas y conceptos para construir conocimiento.

Esta línea ha sido llamada Filosofía para niños, mientras que en América Latina Filosofía con Niños y Adolescentes. Este método de aprendizaje filosófico tiene su fundamento pedagógico de Vygotsky, Piaget y Dewey.

Es frecuente que muchas personas se hayan acercado más a la filosofía por la literatura con planteamientos filosóficos como las novelas de Herman Hesse: El lobo estepario, Demian o Siddhartha, así como Así hablaba Zaratustra, de Nietzsche, o los cuentos y obras teatrales de Sartre, o las novelas de Camus.

En el caso de la filosofía, obras como El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder, o La rebelión de las masas, de Ortega y Gasset, son ejemplos de cómo la narrativa puede hacer accesibles las ideas filosóficas.

Tanto en la ciencia como en la filosofía, novelas de ficción como Un mundo feliz, de Aldous Huxley, o 1984, de George Orwell, exploran las implicaciones éticas y sociales de los avances tecnológicos y científicos.

Estas historias inspiran a considerar el impacto de la ciencia en la sociedad y el futuro de la humanidad.

Lo mismo con un sin número de películas. El cine también es un abanico de posibilidades, que plantean problemas filosóficos con preguntas sobre lo real, los estados mentales, el conocimiento, las creencias, los valores morales: Dark City, Nosferatu, Matrix, Ghost in the Shell, Despertando a la vida.

Las novelas policiacas pueden vincularse con ejercicios de lógica, tipos de razonamiento y argumentación, siendo Sherlock Holmes el mayor referente.

A decir de Cohen (2010: 12), quien retoma las palabras de un científico para decir que ambas tribus, la literatura y la ciencia, requieren compartir la misma choza, pues una ciencia ciega no es más que un accidente técnico y una filosofía carente de base se convierte en religión llena de creencias.

Para M. Lipman (2002: 70-71), lectura y pensamiento son interdependientes; leer ayuda a descubrir significados, pero también se debe considerar el sitio, condición y estado en que se encuentra quien lee para que le encuentre un sentido a la lectura.

Vincular la literatura con la ciencia y la filosofía no solo es una práctica interdisciplinaria sino que promueve el desarrollo del pensamiento creativo, la experiencia estética, junto con la comprensión de conceptos abstractos, resolución de problemas, formulación de escenarios hipotéticos. Eso y más resulta cuando dialogan las ciencias con las humanidades. 

*Profesora del plantel Azcapotzalco

 

Referencias bibliográficas:

Betel, B. (2013). Psicoanálisis de los cuentos de Hadas. Crítica.

Cohen, M. (2010). El escarabajo de Wittgenstein. Alianza.

Lipman, M. (2002). La filosofía en el aula, tercera edición. Ediciones la Torre.

Negrete, A. (2008). La divulgación de la ciencia a través de formas narrativas. UNAM.

Negrete, A. (coord.) (2014). Narrar la ciencia. UNAM.

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