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UnA reseña de Pecadores

La película cuenta con diversos elementos que la hacen única

UnA reseña de Pecadores
La película cuenta con diversos elementos que la hacen única

Pecadores es una película en la que esperas ver vampiros peleando por sangre, sin embargo, es mucho más que eso. Los vampiros son un plus dentro de la historia, no el centro, y eso la vuelve diferente y muy buena. El filme te quiere contar algo más.

Ambientada en los treinta, la historia sigue a dos hermanos gemelos, ambos interpretados por Michael B. Jordan, quienes regresan al pequeño pueblo donde crecieron con el sueño de empezar de nuevo.

Deciden abrir una cantina, un espacio seguro donde la comunidad negra pueda reunirse lejos de la discriminación y el peligro. Sin embargo, pronto descubren que un mal más antiguo los acecha: vampiros.

La película aprovecha muy bien la época en la que está ambientada. Muestra de manera real cómo se vivía la depresión económica y cómo las diferencias entre personas negras y blancas eran enormes.

Aunque la esclavitud había sido abolida, la discriminación, la segregación y la injusticia eran una realidad. La banda sonora de blues no solo acompaña la historia, sino que también se convierte en una parte esencial. El blues no es solo música de fondo, sino un personaje más en la trama.

La primera parte de la película toma su tiempo para ponerte en contexto y hacer entender por qué este pequeño espacio, la cantina, era tan importante. No era un lugar más; era un símbolo de libertad, de resistencia e identidad y justo ahí la historia se vuelve más interesante.

Hay una escena que para mí es una locura, en la que se combinan todos estos elementos en una metáfora muy clara sobre la lucha contra la opresión.

Por todo esto, los vampiros se convierten en un tema secundario y para algunas personas puede sentirse como una película diferente, sin embargo, al final se convierte en esta parte de la apropiación y represión.

Si la película ya era buena, cuando entran en acción los vampiros y el suspenso, el filme llega a otro nivel, lo que hace que sea algo muy arriesgado pero muy acertado.

No se puede dejar de hablar de las actuaciones. Michael B. Jordan hace un trabajo increíble, al punto de que de verdad parece que ves dos actores distintos. Cada uno tiene su personalidad bien marcada y eso logra darle más vida a la historia.

La fotografía, la escenografía y el diseño de producción también son muy importantes, porque todo está cuidado para que sientas que estás en los treinta.

En resumen, la película Pecadores (Sinners, en inglés) es mucho más que una película de vampiros. Es una mezcla arriesgada que funciona muy bien, porque se atreve a contar algo distinto sin perder la emoción ni el suspenso; además, cuida cada detalle, usándolo como un simbolismo dentro de la historia. Si tienes la oportunidad de verla, no la desaproveches. 

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