Con la idea de conocer cómo reaccionan las plantas ante los diversos estímulos que reciben por parte de fenómenos físicos, cambios climáticos y de animales que se alimentan de ellas, se impartió la conferencia virtual “¿Qué sienten las plantas?”, a cargo de Ulises Rosales López, investigador del Jardín Botánico del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En la charla, el especialista en Biología señaló que las plantas “son seres con vida complejos y muy diferentes a los humanos, por lo que aún no entendemos su naturaleza a profundidad; por ello, necesitamos a más científicos y personas que las estudien”.
Además, Ulises Rosales López indicó a las y los cecehacheros que la metáfora se puede utilizar como recurso didáctico para explicar y entender cómo reaccionan las plantas ante los estímulos que reciben del medio ambiente y otros organismos.
De igual manera, explicó que su imagen sirve para crear empatía entre las personas sobre lo que experimentan y, con ello, “facilitarnos su comportamiento”.
“Con la metáfora se puede ejemplificar lo que las plantas sienten, ven, escuchan, hablan o cómo se mueven; pero siempre aclarando que el empleo del recurso literario es herramienta educativa”, explicó el especialista en el tema.
También, indicó que por medio de investigaciones científicas se ha descubierto que las plantas perciben diferentes estímulos “que las ponen en alerta para protegerse de depredadores, las hacen florecer o reaccionar ante cambios climáticos”.
Además, comentó, las plantas pueden reaccionar a cerca de 10 estímulos, entre ellos, el calor, el fotoperiodo de la duración del día, la cantidad y calidad de la luz, el agua, nutrientes y sustancias tóxicas.
A lo anterior se suman los campos electromagnéticos y gravitacionales, las barreras físicas, mensajes de otras plantas y organismos, así como olores.
“Esto me lleva a proponer a que hagamos un uso responsable de ellas; el hecho de que no tengan ojos o emitan sonidos, no quiere decir que no estén percibiendo lo que les acontece”, indicó el especialista en Biología molecular del desarrollo en plantas. A modo de ejemplo, señaló que las plantas de tomates y petunias han sido objeto de estudio con la fluorescencia, “introduciéndoles un gen de tipo reportero para que emita lo que les ocurre o afecta”.
“Por otro lado, sabemos que las plantas perciben estímulos mecánicos, es decir, sienten por medio de canales de calcio, para propagar al resto de su organismo lo que les está sucediendo”.
En este caso, el especialista destacó a las larvas Pieris rapae que comen plantas de tipo Arabidopsis thaliana, por ejemplo, el brócoli o las flores de bruselas, mismas que reportan actividad.
Otros hallazgos relacionados con la reacción de estímulos mecánicos se observa en las plantas que usan el glutamato como transmisor, tal y como ocurre con los animales.
Sobre si las plantas pueden hablar o hacer ruidos, describió que los plantíos de tomate y tabaco, cuando enfrentan carencia de agua, efectúan un mecanismo de succión interna, “como si tuvieran popotes, por lo que se escuchan ruidos en la tierra”. Explicó que este fenómeno no pasa desapercibido por los insectos, quienes se comen la planta o la polinizan.
En la conferencia, el investigador comentó que las plantas pueden percibir la luz y sentir frío: “lo primero que hacen algunas de ellas es girar para buscar los rayos del sol, mientras que por la noche regresan a su posición original”. Por último, señaló que al experimentar frío y cambios fuertes de temperatura, las plantas trazan o adelantan su floración.