El reconocido entrenador rumano Tudor Bompa es ampliamente reconocido como una autoridad en el campo del entrenamiento de la fuerza y la periodización. Sus teorías y metodologías han influido en el entrenamiento de atletas de élite en diversas disciplinas deportivas.
Tudor Bompa es un experto en ciencias del deporte y profesor emérito de la Universidad de York, en Toronto, Canadá. Nació en Rumania en 1932 y se le conoce por ser uno de los mayores expertos en ciencias del deporte. Además, es el responsable de popularizar el concepto de la periodización del entrenamiento.
Su enfoque integral del entrenamiento de la fuerza se basa en principios y leyes fundamentales que se entrelazan para optimizar el rendimiento deportivo.
El cumplimiento de estas leyes garantiza la correcta adaptación a los estímulos de entrenamiento, así como la prevención de lesiones, siendo especialmente importantes en atletas principiantes, ya que de este modo crearán una buena base sobre la que posteriormente se construyen entrenamientos más específicos.
Desarrollar la movilidad de las articulaciones. La mayoría de los ejercicios para el desarrollo de la fuerza han de realizarse con la amplitud de movimiento óptima de las principales articulaciones, en especial rodillas, tobillos y caderas. Por ello, cumplir con esta ley previene dolores y lesiones articulares.
Desarrollar la fuerza de ligamentos y tendones. La mayoría de las lesiones no se localizan en el músculo, sino en la unión entre los músculos y los tendones. Durante ejercicios o actividades regulares, los ligamentos se elongan fácilmente para que los movimientos se realicen con naturalidad. Sin embargo, ante una carga elevada, estos aumentan su rigidez como medida de protección para la articulación, y en el caso de enfrentarnos ante cargas excesivas, estos pueden incluso romperse.
Desarrollar la fuerza y estabilidad del núcleo corporal. Un tronco con una fuerza y estabilidad poco desarrollada proporciona un soporte débil a unas extremidades con una alta exigencia de trabajo físico. Antes de enfocarnos en el trabajo de brazos y piernas, hemos de fortalecer los músculos de la zona media del cuerpo.
Desarrollar los músculos estabilizadores. Los músculos agonistas trabajan de forma más eficaz cuando los músculos estabilizadores cumplen de forma correcta con su función. Los músculos estabilizadores se contraen, sobre todo de forma isométrica, para estabilizar una articulación y que, de este modo, otra parte del cuerpo pueda trabajar.
Entrenar movimientos multiarticulares y no músculos de forma aislada. El propósito del entrenamiento de la fuerza en el deporte es mejorar los movimientos articulares utilizados de forma específica en una disciplina y no trabajar músculos de forma aislada, tal y como lo hacen los fisicoculturistas.
Centrarse no en lo que es nuevo, sino en lo que es necesario. En las últimas décadas, han aparecido nuevos productos que supuestamente mejoran el rendimiento deportivo, aunque esto no siempre suele ser cierto. De hecho, el conocimiento de la biomecánica y la fisiología demuestra que muchos de ellos, aunque afirman mejorar la fuerza, la velocidad y la potencia, en realidad las inhiben.
Periodizar la fuerza a largo plazo. Los entrenadores deben planificar la progresión del entrenamiento de la fuerza de modo que mejore al máximo el potencial del atleta a largo plazo y no centrarse en las recompensas inmediatas de un programa de fuerza. Por tanto, se debe evitar utilizar cargas elevadas a corto plazo con ejercicios complejos cuya técnica no se ha llegado a dominar.
El entrenamiento mejora la fuerza de los músculos y la resistencia. La participación regular en el entrenamiento de fuerza mejora la salud cardiaca (del corazón), la composición del cuerpo y la densidad mineral de los huesos, así como también reduce los niveles de colesterol.
Referencia de consulta:
Bompa, T. y Buzzichelli, C. A. (s/f). Periodización del Entrenamiento Deportivo. 4a edición. Disponible en: https://blog.institutoisaf.es/tudor-bompa-su-metodo-de-periodizacion-leyes-y-principios