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Al rescate de su historia y pensamiento

El filósofo Sócrates se refiere a ella como una sacerdotisa y maestra

Al rescate de su historia y pensamiento
El filósofo Sócrates se refiere a ella como una sacerdotisa y maestra

En marzo suele plantearse la importancia de la igualdad de género, con motivo del Día Internacional de la Mujer. Por ello, en este espacio reflexionaremos sobre el papel que la mujer ha tenido en la filosofía, la cual, si nos vamos a la tradición filosófica, vemos que ha tenido rostro masculino.

Las teorías que se refieren al ser humano usan el término “hombre” y solo hasta hace algunos años hemos puesto en discusión el uso del lenguaje como un sesgo del conocimiento.Esto también ha visibilizado ausencias importantes como las mujeres que filosofan. Existen y han existido, sin duda, pero es poco lo que conocemos de ellas y es una ardua travesía ir en su búsqueda, pero, sin duda, una aventura necesaria.

La tradición filosófica ha sido producida por hombres para hombres. En el texto más emblemático de las biografías de la antigüedad como lo es la vida de los filósofos más ilustres, de Diógenes Laercio, solo se menciona a Hiparquía, aunque hoy se conocen más mujeres pensadoras de la Grecia y Roma antiguas.

Por otra parte, un referente básico es el texto de Gilles Menage, quien en el siglo XVII hace una compilación de las filosofas de la antigüedad. En su texto Historia de las Mujeres Filósofas (Menage, 2004) aparecen más de 50 filósofas.

En esta ocasión hablaremos de Diótima. De ella sabemos poco, Platón la menciona en el Banquete en voz de Sócrates, que se refiere a ella como su maestra.

Aunque se pudiera dudar de su existencia, los personajes del Banquete, por referencias del propio Platón y contemporáneos, sí existieron, por lo que podemos inferir que ella también existió y no es un producto de la ficción con la que Platón presentaba sus ideas. Diótima era de Mantinea, es decir, una mujer y además extranjer, en una Atenas misógina y patriarcal.

A decir de Sócrates, era una mujer muy entendida en cuanto al amor y en muchas otras cosas. Además de ser maestra, al parecer fue una sacerdotiza pues prescribió a los atenienses los sacrificios, mediante los que se libraron durante diez años de una peste que los estaba amenazando.

Lo que nos dice Diótima sobre el amor es lo que se ha identificado como el amor platónico, que poco tiene que ver con la creencia popular que lo asocia al amor imposible, es decir, aquel que no se puede dar en el mundo real, sino que pertenece a la fantasía y el deseo.

A decir de esta sabia sacerdotisa, el amor no es ni bueno ni bello, ocupa un término medio. Ella nos explica su origen de padre y madre, que es la narración más conocida sobre el dios Poros, deidad de la conveniencia y el ingenio, y la mortal Penia que significaba carencia. Y es la razón por la que el amor es un deseo de inmortalidad.

Ésta nos dice que el nombre de “amor” es la producción de la belleza, primero mediante el cuerpo, y luego mediante el alma.

En este sentido, el amor al que se hace referencia es el amor erótico, el cual consiste en una atracción hacia otra persona, motivada por el gusto y los aspectos físicos; sin embargo, con el trato y el conocimiento, será la forma de ser, pensamientos y acciones lo que se encuentra como bello.

Hay que recordar que el amor es deseo de inmortalidad, por ello se espera que no acabe, que permanezca en el tiempo, por eso dice: “El objeto del amor es la generación y la producción de la belleza. Es necesario unir al deseo de lo bueno el deseo de la inmortalidad, puesto que el amor consiste en aspirar a que lo bueno nos pertenezca siempre”.

Nuestra filósofa no desprecia al cuerpo, al contrario, es gozosa la belleza particular de los cuerpos, pero pronto daremos cuenta que no es exclusiva. Entonces nos dice: “en efecto, si es preciso buscar la belleza en general, sería una gran locura no creer que la belleza, que reside en todos los cuerpos, después debe considerar la belleza del alma como más preciosa que la del cuerpo”.

Esto nos muestra que, aunque podemos quedarnos en el amor movido por la belleza física, un amor aun más elevado es el que proviene de los buenos actos. Así pues, procurar y hacer el bien es bello, ¿qué acciones consideras bellas, dignas de admirar, contemplar, gustan y agradan?

Así pues, finalmente el amor llega a un lugar de mayor plenitud, que es aquel donde se producen las ideas y el pensamiento; el amor es ascendente: va de lo que nuestros ojos admiran, a lo que la mente produce, el conocimiento.

¿Qué nos deja la reflexión de esta pensadora con relación al amor, la belleza, la bondad y el conocimiento? Finalmente, al descubrir a Diótima, estamos haciendo un poco de justicia a las filósofas que fueron olvidadas de las enciclopedias y quizá solo mencionadas sin conocer sus ideas y lo que aportaron al pensamiento filosófico. ¿Qué otras filosófas conoces? 

*Profesora del plantel Azcapotzalco

 

Fuentes:

Ménage, G. (2009) Historia de las mujeres filósofas. Herder.

Enciclopedia de Filosofía de Stanford: Epistemología feminista y filosofía de la ciencia. https://plato.stanford.edu/entries/feminism-epistemology/

Platón. (2008). El Banquete. Gredos.

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