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Pensamiento de Platón y Aristóteles

Resulta importante conocer el pensamiento ético de dos filósofos de Estagira y Atenas

Pensamiento de Platón y Aristóteles
Resulta importante conocer el pensamiento ético de dos filósofos de Estagira y Atenas

En diversas ocasiones quizá hemos escuchado frases como “Mariana es una persona virtuosa”o “Juan es virtuoso en el piano”, pero,  ¿qué significa que alguien sea virtuoso?, o mejor aún, ¿qué es la virtud?

Nuestra concepción acerca de la virtud ha cambiado, su comprensión es algo contextual e histórico. En este breve escrito trataremos de esbozar el pensamiento de dos filósofos griegos de la antigüedad que se preocuparon por entender este tema.

Primero: la palabra virtud proviene del griego areté y del latín virtus. Actualmente, la Real Academia Española la define como la disposición de las personas para obrar de acuerdo con ciertos principios como el bien, la verdad, la justicia, etcétera.

Durante la época antigua, en Grecia, es Platón uno de los primeros pensadores en abordar el tema de la virtud. En su obra Menón se pregunta si la virtud puede enseñarse o no. En la República la reflexión del texto en diversos momentos gira en torno a la justicia y el Eutifrón versa sobre la piedad.

Esto nos deja ver que la virtud tiene un papel fundamental en su pensamiento, en específico, en sus reflexiones acerca de la ética y la política debido a que la virtud está relacionada con el conocimiento, la sabiduría y la verdad.

Según el pensamiento platónico, la auténtica virtud solo puede alcanzarse mediante el conocimiento del bien, la cual es la forma más alta del conocimiento.

En ese sentido, quien conoce el bien es quien puede vivir virtuosamente, lo cual significa orientar su vida –actuar– de acuerdo con la justicia, la sabiduría y la verdad.

Esta concepción de la virtud, en el caso de Platón, se traslada de manera directa al espacio público a través del ámbito político.

El mejor gobernante debe ser una persona virtuosa, es decir, quien actúa conforme a la sabiduría, el bien y la justicia, pero no solo el gobernante debe ser virtuoso, los soldados que deben ser guiados por el valor, que es una forma de virtud, para defender la ciudad; del mismo modo, los artesanos, campesinos y comerciantes deben ser guiados por la templanza para proveer bienestar a la comunidad.

 

Aristóteles y la virtud

Otra manera de comprender la virtud la encontramos en el pensamiento aristotélico, de manera específica en su obra Ética Nicomáquea, en la cual nos explica que la virtud es un modo de ser, es la manera en que nos comportamos bien o mal respecto a nuestras pasiones.

Las pasiones, para el filósofo Aristóteles, es aquello que nos causa placer o dolor, por ejemplo, el miedo, la ira, la alegría, el amor, etcétera.

Las pasiones no las elegimos, mientras que la virtud es una elección, es la disposición que tenemos frente a las pasiones.

En el caso del pensamiento aristotélico lo contario a la virtud sería el vicio, es decir, aquello que predispone al ser humano a actuar conforme a lo malo y lo aleja de aquello que es su función propia.

La virtud es comprendida como la realización de una acción desde el término medio, acción que es guiada por la razón y la prudencia.

Una persona virtuosa no puede estar en el exceso ni el defecto, sino en el punto medio de éstas. Un ejemplo es la valentía, dado que se encuentra en el punto medio entre la temeridad y la cobardía. Quien se excede de valor es temerario y quien carece de valentía es cobarde.

A diferencia de Platón, Aristóteles considera que la virtud es algo que se cultiva a través de la práctica y de los hábitos, que requieren del autocontrol y la búsqueda del equilibrio mediante la realización de nuestras acciones.

En ese sentido, el ser humano no nace virtuoso, sino más bien debe construir su modo de ser persona virtuosa a través de la práctica y la experiencia.

Ser virtuoso, según Aristóteles, nos permite alcanzar el fin último de la vida humana: la felicidad o más bien dicho la eudaimonía, lo cual lleva al ser humano a una existencia plena y satisfactoria.

Podemos decir que ambas formas de comprender la virtud buscan que el ser humano encuentren la armonía y el equilibrio, sin embargo, Platón nos plantea una forma abstracta e ideal de la virtud, en la que ser virtuoso significa la contemplación del bien absoluto; mientras, Aristóteles nos presenta una visión de ésta en la que se requiera la práctica y la experiencia.

La finalidad de ser virtuoso es alcanzar una vida plena y feliz. 

* Profesora del plantel Oriente.

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