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La ciencia política es necesaria

Se cuestiona si un poder hegemónico permitirá enfrentar la crisis actual

La ciencia política es necesaria
Se cuestiona si un poder hegemónico permitirá enfrentar la crisis actual

Es muy frecuente que las ciencias humanas consideren la violencia desde una perspectiva cualitativa, esencialista y moralista (cuasi-religiosa).

Esta perspectiva es claramente insuficiente para pensar la violencia, pues ésta no se da nunca sin un entramado material y técnico.

Para entender esta idea vayamos a un caso muy particular de nuestro contexto: el punto de inflexión del aumento de la violencia en México en los años 90 del siglo pasado, el incremento de la inseguridad en delitos como el secuestro y el homicidio (feminicidio).

Varios teóricos de la cultura han explicado esta descomposición del tejido social refiriéndose a algunas de estas causas: las consecuencias sociales del neoliberalismo; el capitalismo global, financiero y profundo; el heteropatriarcado, la gentrificación, el extractivismo, el colonialismo, etcétera.

Estos teóricos no se equivocan al pensar de este modo. Se equivocan cuando creen que ese modo es el más importante o el imprescindible para comprender fenómenos socioculturales como la violencia.

Una de las disciplinas que estos teóricos suelen mirar con desdén es la ciencia política, pues la entienden como una disciplina poco rigurosa. Sin embargo, la ciencia política es la disciplina que nos reporta los aspectos técnicos y materiales de los fenómenos relacionados con el poder, y debemos de ir a ella si queremos tener una comprensión integral de problemas como el de la violencia.

Regresemos a nuestro caso: ¿por qué en México se incrementó significativamente la violencia en la última, quizás dos últimas décadas, del siglo XX?

Guillermo Trejo, politólogo, tiene una respuesta que nos parece alucinante y correcta: por el comienzo del periodo democrático en México.

Expliquemos. Guillermo Trejo, como muchos politólogos, piensan que durante el periodo de la guerra fría el Partido Revolucionario Institucional (PRI) tuvo, en términos generales, un control aceptable sobre la violencia y la inseguridad en México, pese a que sus medios fueron muchas veces inaceptables (la tortura y la desaparición).

¿Por qué el partido en el poder comenzó a perder el control sobre este fenómeno? ¿Será que los delincuentes se volvieron más malos? ¿Será que los delincuentes se volvieron más listos, más irrastreables? No.

El partido en el poder perdió el control sobre la violencia porque perdió el dominio en algunas comunidades políticas pequeñas como ciertos municipios, ganados por la oposición de entonces, el PAN, y la comunicación entre el nivel municipal y el nivel federal se perdió.

La violencia que genera el crimen organizado es una violencia que le corresponde atender al nivel federal, pero el poder federal puede entender como inconveniente, en términos electorales, resolver un brote de violencia de este tipo en una región municipal gobernada por la oposición.  

Concluimos, a partir de lo anterior, las siguientes preguntas: ¿es más fácil controlar la violencia para un país gobernado por un partido político hegemónico (nivel municipal, estatal y federal)? ¿Es mejor controlar la violencia desde un partido político hegemónico? ¿Es posible enfrentar la violencia con éxito cuando los niveles de gobierno no tienen el mismo partido político? ¿En el juego del poder político siempre habrá algún actor o institución política a la que le convenga la violencia social? ¿Tiene Morena, a semejanza del PRI, un poder hegemónico que le permitirá enfrentar exitosamente a la violencia, a diferencia de los gobiernos antecesores? 

* Profesor del Plantel Naucalpan.

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