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Abre la exposición Antenas al vacío

El también poesta está presente en la tradición de las artes visuales

Abre la exposición Antenas al vacío
El también poesta está presente en la tradición de las artes visuales

El artista visual, poeta y cineasta Fernando Sampietro (1951-1984) tuvo una corta vida y una carrera de poco más de una década. Su obra es marginal, conceptual, fuera del canon de su época, y es recuperada por parte, primero, de su familia, impulsora de la edición de un hermoso libro que engloba la obra completa y, segundo, por parte del Museo Universitario del Chopo.

Dicho recinto universitario expone una muestra de su legado que lleva por título Antenas al vacío, y que podrá visitarse en la Galería Rampas hasta el 24 de noviembre.

“Se la pasaba en la cafetería del Colegio Madrid con los alumnos de preparatoria, con personas como Marcial Fernández, los hermanos Cuarón, los Marcovich, lo cual habla del nicho extremadamente cerrado en el mundo del exilio republicano que todavía en ese momento existió”, comenta en entrevista Cuauhtémoc Medina, curador junto con Sampietro de la muestra.

Para Medina es muy claro que se trata de un artista sin contexto. Lo poco que se conoce se desprende de la historia oral y de fotografías que se conservaron. “Tuvo contacto con artistas plásticos como Vicente Rojo y Alberto Gironella, con escritores como Augusto Monterroso; perteneció a la primera generación del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), pero su pintura ocurre en el margen de la cultura de la República española en el exilio”.

Respecto a la obra, el curador comentó que las antenas de televisión y tinacos son los elementos con que Sampietro refleja los cielos de la Ciudad de México, o bien que utilizó el collage para reproducir la fotografía La niña del napalm, de Nick Ut, o reinterpretó el Guernica, situándolo en Tlatelolco, a propósito de la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968.

“Sus referencias son Picasso, Duchamp y Warhol. Hace cosas que ves aparecer en otros lados. Él empezó a usar reglas de madera en sus cuadros mucho antes que Adolfo Patiño. Se apropió de los bodegones de Picasso. Tiene collages de personajes del rock and roll. Son muy sorprendentes como obra”, señaló.

“Es un descubrimiento ver que, aparte de la frialdad temática tan lograda de la serie de antenas, en conjunto da cuenta del interés que tuvo en captar los colores de los cielos nublados y contaminados de la Ciudad de México, extremadamente químicos en los ochenta. Es un artista muy interesante para entender lo que se vería en el arte posterior”, finalizó. 

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