Con una propuesta para un mayor uso de energías renovables con el empleo de los rayos del sol, el viento, el agua o la biomasa vegetal o animal, así como el cuidado y protección a los bosques para mitigar los fenómenos relacionados con el cambio climático, Frank Holl, doctor e historiador alemán, impartió la conferencia “La investigación sobre cambio climático desde Alexander von Humboldt hasta hoy”.
“La visión de Humboldt contribuyó a comprender mejor los sucesos naturales del presente”, comentó el experto en la vida y obra del naturalista alemán considerado por muchos como el primer ecologista de los últimos siglos.
En la Sala Audiovisual Henrique González Casanova, del plantel Sur, el especialista dijo que entre las acciones que debe realizar la sociedad contemporánea está el “cambiar la economía del consumo de energía que se basa principalmente en combustibles fósiles”.
Asimismo, el autor de libro El mundo de Alexander von Humboldt (galardonado con el Premio al Libro Mejor Editado de 2003 en España) puso como ejemplo el cómo los colonos de lo que hoy es Estados Unidos “creían que los trenes, el uso del telégrafo y las cargas electrónicas del nuevo invento atraerían la lluvia a las grandes llanuras que habían sido deforestadas; sufrían de erosión de la tierra y falta de agua, entre otros tantos problemas”.
Destacó que el reto actual es crear un nuevo sistema económico orientado a la conservación de la naturaleza. “Parece sencillo, pero es muy difícil de aplicarlo, porque para las grandes industrias es un gran negocio que las sociedades dependen del consumo de combustibles fósiles”, indicó.
“Alexander von Humboldt tenía un principio sencillo: moderación, es decir, aprender a utilizar los recursos naturales e industriales de manera consciente y, en particular, en las grandes ciudades donde se concentra el mayor número de personas para preservar el entorno natural”, expuso.
Impacto psicosocial
El investigador desarrolló durante la charla el concepto de cosmos en relación con Humboldt, el cual implica el deseo de comprender el mundo como un todo.
“El término clima, en su sentido más general, se refiere a todos los cambios en la atmósfera que afectan significativamente a nuestros órganos”, expuso.
Por ello, explicó que la temperatura, la variación en la presión barométrica, el estado estable del aire, la dimensión de la tensión eléctrica, la pureza de la atmósfera o su mezcla con la exhalación de gases tienen efectos en nuestra salud.
Asimismo, apuntó que el grado de la transparencia habitual y la lucidez del cielo no sólo tienen importancia en la emanación de calor del suelo, el desarrollo orgánico de las plantas y la maduración de los frutos, “sino también en los sentimientos y el estado de ánimo de los seres humanos”.
Ante ello, declaró que tres factores han intervenido en el aumento del cambio climático: el talado de los bosques, el cambio en la distribución de las aguas y la exhalación de grandes masas de vapor y gases en los centros industriales.
Otros pioneros
Por otra parte, el especialista consideró importante el recordar que hubo otros científicos que se dieron a la tarea de estudiar los fenómenos relacionados con el clima, es decir, investigadores que sentaron las bases para lo que hoy se conoce como cambio climático.
Jean-Baptiste Joseph Fourier fue un destacado matemático francés, a quien se le debe la primera sugerencia del efecto invernadero. Además, desarrolló una teoría del calor y de la temperatura del planeta, donde se distinguen tres causas: la radiación solar, la temperatura del espacio y el calor interno de cuando se formó la Tierra.
En 1824, expuso que un planeta del tamaño de la Tierra y con igual distancia del Sol tendría que ser mucho más frío, por lo que determinó que la atmósfera retiene parte de la energía del Sol y esto provocaba la diferencia de climas de un lugar a otro.
En esta historia, destaca la participación de la estadounidense Eunice Foote, quien con sus descubrimientos estableció cuál es el efecto del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera tres años antes de que lo hiciera el irlandés John Tyndall, a quien se le reconoce por ese hecho.
Foote demostró con sus experimentos cuál era el efecto que ejercían los rayos del sol en algunos gases, utilizando una bomba de vacío, cuatro termómetros y dos cilindros de aire.
Descubrió que el vapor de agua y el CO2 absorben una gran cantidad de calor, con lo que se podría afectar la temperatura del clima. Este hallazgo fue publicado en 1956 en el artículo Circumstances affecting the heat of the sun’s rays y fue presentado por su colega Joseph Henry en la octava reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS), pues a las mujeres no se les tenía permitido asistir.
Tres años después, el artículo de Foote dio pie para que el físico John Tyndall empleara experimentos más sofisticados y sugiriera que los gases que atrapan el calor, como el vapor de agua y el dióxido de carbono, podrían retenerlo en la atmósfera. Con ello, sugería que un aumento del CO2 estaría relacionado con un incremento en la temperatura del planeta.