Las y los universitarios contamos con un Código de Ética de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el cual establece principios y valores para guiar la conducta de toda la comunidad, así como de quienes realizan alguna actividad en nuestra casa de estudios.
El Código recoge los valores que deben orientar a los fines de la Universidad y que los miembros de su comunidad reconocemos como propios en los siguientes sentidos:
Formar profesionistas, investigadores, profesores universitarios y técnicos de excelencia e integridad académica, útiles a la sociedad, con conciencia crítica, ética, social y ambiental, y comprometidos con la justicia, la cooperación y la solidaridad humana.
Contribuir con racionalidad, objetividad y veracidad a la generación y transmisión del conocimiento científico y humanístico, así como al estudio de las condiciones y la solución de los problemas nacionales o globales.
Difundir y divulgar con la mayor amplitud posible los beneficios del conocimiento científico y humanístico, así como de la cultura en general, con responsabilidad social.
Los 12 principios de ética de la UNAM
Convivencia pacífica y respeto a la diversidad cultural, étnica y personal: es deber y responsabilidad de todos mantener relaciones pacíficas, procurar el diálogo equitativo y respetuoso como un mecanismo para superar los diferendos, y evitar el ejercicio de la violencia.
Igualdad: nadie puede ser discriminado por su origen nacional o étnico, sus opiniones, género, orientación o preferencia sexual, religión, edad, estado civil, condición social, laboral o de salud, discapacidades o cualquier otro motivo que atente contra la dignidad humana.
Libertad de pensamiento y de expresión: son principios fundamentales protegidos y garantizados por la Universidad. Todos tienen el derecho de pensar libremente y de expresarse respetando los derechos de terceros que establece la Legislación Universitaria.
Respeto y tolerancia: supone el reconocimiento de la diversidad, el respeto de las diferencias e impone la obligación de comprender el contexto de pluralidad en el que vivimos y la responsabilidad de aceptar la relatividad de las propias convicciones, prácticas e ideas.
Laicidad en las actividades universitarias: el derecho a creer o a no creer en una deidad o religión determinada es un derecho fundamental protegido por dicho principio.
Integridad y honestidad académica: todos los miembros de la comunidad académica deben apegarse en todas sus actividades al rigor académico en la búsqueda, ejercicio, construcción y transmisión del conocimiento, así como ser honestos sobre el origen y las fuentes de la información que empleen, generen o difundan.
Reconocimiento y protección de la autoría intelectual: la UNAM salvaguarda la autoría intelectual de todo tipo de obras e invenciones que se desarrollen individual o colectivamente por los miembros de la comunidad universitaria.
Responsabilidad social y ambiental en el quehacer universitario: la investigación, la docencia, la difusión de la cultura y la extensión universitaria serán social y ambientalmente responsables.
Objetividad, honestidad e imparcialidad en las evaluaciones académicas: los miembros de la comunidad que participen en procesos de evaluación académica se comprometen a conducirse con esos objetivos. Quienes se sometan a evaluación deben conducirse con absoluto apego a la veracidad en cuanto a la documentación y la información que proporcionan para sustentar su participación.
Cuidado, uso honesto y responsable del patrimonio universitario: el patrimonio material e intangible de la UNAM o que está bajo su custodia es de todos los mexicanos; por ello, todos los miembros de la comunidad debemos de protegerlo y preservarlo.
Transparencia en el uso de la información y de los recursos públicos de la Universidad: los miembros de la comunidad que tengan responsabilidades institucionales o académicas en el manejo y administración de bienes, información o recursos de la Universidad deben actuar de manera transparente y observar el principio de máxima publicidad.
Privacidad y protección de la información personal: es un derecho fundamental y un principio que la Universidad valora. Por ello, los universitarios se comprometen a respetar los datos y la información personal de los miembros de la comunidad universitaria y la vida privada de las personas.