En marzo, el grupo Re-conociéndome a través del Teatro presentó la obra Balas sobre Broadway, una adaptación de Aldo Adame y Daniela Rodríguez del guion fílmico de Woody Allen, en el marco del Segundo Concurso de Teatro Estudiantil del plantel Vallejo.
Muchos fueron los aciertos de esta producción, mismos que los llevaron a obtener el primer lugar en dicho concurso. Por esta razón, el grupo fue invitado a presentar su trabajo en el marco del Cuarto Festival de Teatro Estudiantil en el Teatro Estefanía Chávez Barragán y más adelante en los planteles Sur y Naucalpan; por último, en el marco de la IL Muestra de Teatro del CCH, el pasado 8 de mayo en el Museo del Chopo.
Para hacer justicia a la obra en unas páginas, primero habría que destacar el compromiso que asumió este grupo de teatro en cada una de las aristas que convergen en un montaje teatral.
Los cimientos de la producción estaban anclados en el texto, pues la adaptación, sin perder el rumbo de la diégesis, estaba creada sobre la premisa de que se trataba de un trabajo para la escena, por lo que había un especial cuidado en desarrollar el conflicto partiendo del diálogo.
Por otra parte, la profesora del taller de teatro y directora del montaje, Lorena González, diseñó una puesta en escena a partir de los elementos con los que contaba, lo cual también se tradujo en un gran acierto.
Así pues, utilizó solo ocho sillas para construir todos los espacios que la puesta requería, mismas que generaban espacios íntimos o públicos, abiertos o cerrados, a través de transiciones coreografiadas y consistentes.
Esta propuesta servía para que los espectadores fuéramos trasladados a un salón de ensayos, a las calles de Nueva York, a sus restaurantes o a las viviendas de los personajes, pero también para que nos mantuviéramos atentos, pues era una invitación a que construyéramos el espacio a partir de los estímulos que el diseño proponía.
Este sencillo dispositivo escénico funcionaba muy bien, porque además estaba acompañado de otros elementos del diseño.
El sonoro, por ejemplo, hacía alusión al jazz neoyorquino, lo que funcionaba en términos de ambientación, pero también apoyaba el tono lúdico del montaje.
La iluminación, en los espacios que contaban con ella, también apoyaba la construcción espacial, misma que en el teatro de la Facultad de Arquitectura creó momentos mágicos.
Por su lado, el vestuario ayudó a caracterizar a los personajes y a generar una estética visual muy poderosa. En este rubro, brillaron los vestuarios femeninos por la gama de colores que se utilizaron y nos permitieron identificar los grupos a los que cada uno pertenecía.
Por último, merece una mención especial el trabajo en materia de actuación, pues cada personaje estaba finamente bordado.
En ese sentido, los cuatro actores que participaron en la puesta: Antonio Godínez (David Shayne), Gabriel Rangel (Julian Marx), Nahum García (Nick Valenty y Warner Purcell) y Leonardo Paz (Cheech y Flender) hicieron un trabajo espectacular, construyendo a seis personajes muy distintos entre sí que verdaderamente vivían la situación, se escuchaban, reaccionaban y estaban comprometidos con el objetivo que buscaban.
Las actrices del elenco también brillaron notablemente, en especial Sandra Mendoza (Ellen) interpretando a una mujer que, sin perder un ápice de su infinita ternura, brillaba por su honestidad y poder; Amelie Garnica (Olive Neal), quien resolvió con mucha intuición y talento un personaje complicado, pues debía conmovernos a pesar de su frivolidad; y Kelly Fernanda Hernández, quien con la difícil tarea de representar a su corta edad a una actriz madura, logró una interpretación tan redonda que nos hacía dudar de si estábamos viendo a una alumna de bachillerato.
El resto del elenco, conformado por las alumnas Gabriela Morales, Ana Cristina Bartolo, Amy Lissette Sánchez, Melani Nahomi Morales, Geraldine de los Santos, Maritza Itzel Hernández, Melany Brenda Monter y Ariadna Darani Téllez, realizó un trabajo profesional que nos demuestra una vez más que en el teatro no hay papeles pequeños y sólo el compromiso del equipo permite que cada una de sus partes brille.
¡Muchos años más al grupo Re-conociéndome a través del Teatro!