Demonio

Sobre "No mires al demonio"

El filme es genérico y poco sorprendente

Sobre "No mires al demonio"
El filme es genérico y poco sorprendente

El cine de terror -desde El exorcista en 1973- ha utilizado de manera constante el miedo a las posesiones demoniacas y entes religiosos para lograr un impacto en el espectador.

No mires al demonio, la ópera prima del director Brando Lee, recupera esta temática e intenta darle su propio giro.

Jules, la protagonista, es una médium que ha tenido experiencias e interacciones con espíritus desde niña, incluso vivió un incidente con su hermana.

Años después, decide aprovechar su talento y realiza un programa de televisión llamado The Skeleton Crew, donde se resuelven y registran casos paranormales.

El llamado llega con una pareja acosada por los espíritus de mujeres fallecidas en una casa antigua; ahí Jules debe descifrar quiénes son y porqué están ahí.

El filme es, desde su título, genérico, poco sorprendente y es fácil visualizar el fracaso que será. Desde los primeros minutos, la fotografía, dirección y, en general, los elementos estilísticos delatan el poco presupuesto con el que se desarrolló la película.

El hecho de ser independiente en muchas ocasiones podría ser un indicio de un buen resultado, de creatividad desbocada y de ideas frescas de cineastas y escritores jóvenes que tienen mucho por decir.

Lamentablemente, No mires al demonio NO compensa su falta de presupuesto con creatividad; al contrario, se mantiene gran parte del tiempo cómoda en situaciones genéricas, sustos fáciles, jumpscares y solo en la recta final puede encontrar un poco de su estilo.

Entre las cosas buenas que se pueden destacar, es basarse en rituales antiguos de Malasia, donde se utilizaban fetos de bebés no nacidos como protección.

Justo cuando los protagonistas empiezan a explorar los sucesos, la película es más atrevida, se vuelve más explicita, incluso da ciertos giros de tuerca como tener una posesión doble (con una mujer y un hombre) entre espíritus enfrentados.

Además, durante el clímax se insinuan sucesos por los que han pasado los personajes y que al final le otorgan fuerza a la ambientación y un poco más de profundidad.

Sin embargo, el buen manejo del climax y lo bien realizado que está no quitan la hora entera en la que no sucede nada interesante o nuevo.

Realizar una película con poco presupuesto y que visualmente falle, puede predisponer a cualquiera de lo que está a punto de ver, sin embargo, la esperanza de ver una buena historia se mantiene.

No mires al demonio es una pésima experiencia, sin embargo, puede llegar a sorprender al final, incluso tiene un giro argumental.

Un final sorprendente es la forma más sencilla de manipular a la audiencia para que piensen que tuvieron una buena experiencia en sus manos y en éste caso es mejor NO mirar al demonio.

Preguntas y comentarios a luis@cchfilmfest.com

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