En su octavo número, la revista Latitudes tiene como tema central “Sociedad civil y participación ciudadana”. Los textos que la componen realizan un análisis de los temas de democracia, responsabilidad y trabajo de la comunidad, las libertades, poder político, espacios ciudadanos y participación de la población en la toma de decisiones.
En la presentación, Benjamín Barajas, director del CCH, retoma las palabras del poeta Octavio Paz, por lo que comenta que más que un sistema político, la democracia es una forma de vida. Con ello, expuso que para hacer efectiva la responsabilidad ciudadana, no sólo se debe ejercer el derecho al voto, sino contribuir a la toma de acciones y decisiones, así como tener presencia en los asuntos públicos como sociedad civil organizada.
Puntualizó que este concepto es un ensanchamiento de las libertades, porque la ciudadanía, independientemente del Estado, los partidos políticos y otras instituciones –cuyo objetivo es el poder político–, participa en la solución de los problemas que los gobiernos, ya sea por ineptitud, desdén o ignorancia, no pueden ni quieren solucionar.
Por lo anterior, es importante la intervención de la sociedad civil y como ejemplo de las consecuencias están las costumbres, las ideas y la vida intelectual de posee cada sociedad, como observó Alexis de Tocqueville, en palabras de Octavio Paz.
Asimismo, en este número se podrán encontrar las colaboraciones “El profesor de inglés en la sociedad civil global, ¿por qué participar?”, de Pablo Jesús Sánchez Sánchez; “Jean-Jacques Rousseau, referente indispensable de la sociedad civil”, de Tomás Ríos Hernández; “Entrevista a la poeta Malva Flores”, de Elia Delia Cháve.
Mientras, en la sección “Zorro Viejo”, los lectores podrán encontrar el cuento “No llorarás”, de Arturo Mendoza Mociño y otros trabajos literarios, además de los dibujos de Rafael Cauduro.
Acción ciudadana
En su colaboración “Karl R. Popper y la sociedad civil”, Jaime León Herrera-Cano retoma las reflexiones políticas del filósofo sobre la sociedad democrática, argumenta que la ciudadanía no debe limitarse sólo a elegir gobernantes, sino a intervenir activamente en la vida social.
Para Popper, la democracia no se reduce al voto y a lograr la representación de los ciudadanos. El sentido profundo de ésta lleva a otras responsabilidades y a la ampliación de los derechos y libertades de la ciudadanía, la cual decide la permanencia o no de los gobernantes.
El lector también podrá encontrar el punto de vista de Fátima Yadira Rentería, en su artículo “Razón de ser de la sociedad civil”, en el que afirma que en la búsqueda incesante por ampliar las libertades, ensanchar los espacios de actuación ciudadana, mejorar la convivencia social y resolver problemas que afectan a grupos y comunidades específicas, la sociedad civil organizada recupera el auténtico sustento del poder y otorga el sentido cabal y recto al concepto de soberanía, pues ambos residen en la sociedad.
“Ninguna organización de este tipo se propone conquistar el poder político, porque ello anularía radicalmente su carácter de sociedad civil organizada, pero con su actuación evalúa, vigila y, sobre todo, exige el cumplimiento de las obligaciones de los gobiernos de todo nivel, y de ser necesario los llama a rendir cuentas ante su ineptitud, corrupción o indolencia”.
Paola Canarios entrevista a la activista Maite Azuela, donde expone: “La sociedad civil organizada está conformada por personas interesadas en resolver problemas colectivos de forma articulada y con acciones directas que complementen aquellas realizadas por el Estado, o que solucionen las que son desatendidas por las autoridades públicas”.
Las personas que integran estos grupos suelen ser apasionadas en la solución de problemas compartidos y obsesionadas por la reducción del sufrimiento humano, se organizan con quienes comparten preocupaciones por algún tema que afecta a su comunidad y definen un objetivo común, se conforman como asociaciones civiles para formalizar su trabajo y materializar su incidencia.
El profesor Jorge Robles Vázquez, en su colaboración “El papel de la sociedad civil en la construcción democrática del Estado constitucional”, señala que el Colegio debe fomentar la cultura de la legalidad, de los derechos humanos y los valores democráticos, pues conforma un espacio privilegiado para la educación media superior.
Además, señala la importancia de que los estudiantes sean agentes activos de su comunidad, que ejerzan con responsabilidad sus derechos y cumplan con sus obligaciones siempre con un pensamiento crítico ante la sociedad y el conocimiento.
“No podemos exigir nuevos ciudadanos y una nueva sociedad civil democrática cuando en las aulas se transmiten antivalores como la intolerancia, el autoritarismo, la discriminación, la jerarquía autoritaria y la falta de aplicación de una cultura de la legalidad”, explicó.
