La escritora Liliana Blum vuelve al género breve con este libro

Un descuido cósmico

La escritora Liliana Blum vuelve al género breve con este libro

Un descuido cósmico
La escritora Liliana Blum vuelve al género breve con este libro

A lo largo de los ocho cuentos que integran el universo de Un descuido cósmico, el más reciente libro de Lilian Blum, se desteje una serie de acontecimientos que están unidos por la visceralidad, la venganza, el humor negro, situaciones orquestadas por el azar y los descuidos, como remedio para el tedio.

La antisolemnidad en cada uno de los relatos aporta en la ligereza en la que se enuncian temas tan perversos como la venganza, la mala leche de los personajes, todas ellas mujeres, y el hacinamiento del odio que se verá transformado en ira, rencor y, sí casi siempre, en muerte.

A quienes hemos tenido la oportunidad de leer la obra narrativa de Liliana Blum sabemos que sus novelas y cuentos poco tienen de autobiográfico, sólo algunas esquirlas, o acaso algún reflejo pasado, pues todo está hecho con los hilos de la ficción.

Un descuido cósmico es, me atrevo a decirlo así, su obra más irónica, donde la violencia no toma el tono grave del asesinato impune, ni de la venganza por narcos, ni el trágico rodar de cabezas por las calles del norte del país, sino que se permite entrar en este tema tan conflictivo mediante el sarcasmo, incluso la casualidad.

Lo anterior se ve narrado en los primeros cuentos: “Alas a los alacranes” y “Una Lady Macbeth cualquiera”.

El primero de la lista da cuenta de una mujer que se halla aquejada de vivir con un marido que eligió sólo por hartazgo, quien la engañó, a pesar de ser gordo, apestoso y poco caballeroso. Ante este hecho (el detonador de la historia), ella decide vengarse y lo hace por medio de un muñeco vudú.

Poco a poco, el marido va padeciendo los efectos de las agresiones que ella hace al trapo, el cual tiene la forma de su esposo. Esto llevará a un desenlace trágico y gracioso.

En cuanto al segundo cuento, una (otra) mujer tiene miedo porque un vecino envenena perros, por lo que decide llevar a los suyos lo más lejos posible para dar paseo. En esas caminatas encuentra un cadáver. Asustada, llama a la policía y todo sigue como si nada. Persiste en ir al mismo lugar a pasear a sus mascotas.

Un mes después, halla otro cadáver, esta vez de mujer. Consecutivamente, va topándose con cuerpos. En una de sus caminatas ella profiere algunas palabras contra ese vecino mataperros, quien, meses después, aparecerá muerto.

Sin querer, esta mujer entabla una relación con un asesino sin rostro que le cumple sus deseos, como en el anime Death Note. El final, sin duda, sorprende. Hay dos puntos cúspide en este libro: “La semana de Nínive” y “Un descuido cósmico”.

El cuarto cuento de la saga nos muestra a una mujer que solo se puede alimentar de sangre de hombres, no de mujeres.

Esta historia se vincula, de alguna manera, con la última novela de Blum, Cara de liebre, donde una mujer se lleva a hombres a su casa para tenerlos en cautiverio. Nínive va a los bares para llevar a hombres a casa y saciar sus instintos animales, y dejar en claro que la venganza se sirve mejor si está fría, y fuera del cuerpo de humano.

Para cerrar este círculo de venganzas, la autora lanza el más fantástico de sus cuentos, el que le da nombre al volumen. Esta historia nos muestra a una anciana criando a un extraterrestre. En la narración nos enteramos de este amor casi de mascota que la vieja tiene con el ser de otro mundo.

Se torna más divertido cuando ella le pone en la televisión películas como Alien para entretenerlo. Este vínculo se vuelve un caos, sí, cósmico.

Este libro de cuentos de Liliana Blum sería una gran elección de lectura para los alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades para dar rienda suelta a la diversión, así como un ejemplo de cómo narrar son perder el buen ánimo y comprender que el humor negro es un excelente ingrediente contra la violencia.

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