La experiencia frente al arte

La estética

Cada persona percibe la realidad de forma distinta

La estética
Cada persona percibe la realidad de forma distinta

La mayoría de las personas, al menos una vez en la vida, hemos asistido a un museo, a un concierto de música clásica, a una presentación teatral o de danza; también es cierto que quizá cuando acudimos a estos lugares no sabemos realmente cómo sentirnos frente a dicha manifestación artística.

Recuerdo que a la última muestra de arte a la que asistí, un joven miraba fijamente un cuadro de Salvador Dalí, para ser exacta El rostro de la guerra y con una cara de preocupación, le decía a su acompañante: “¡en serio! ¿esto me debe gustar?”. La experiencia frente el arte es quizá de las cosas menos intuitivas que podemos llegar a experimentar.

Dentro de las diversas formas del pensamiento, es en la filosofía que encontramos un área que nos puede permitir tener un acercamiento con el arte, esta disciplina es la estética. La estética proviene del griego Aestétiko que significa percepción o sensibilidad y se refiere a la capacidad que tenemos los seres humanos de percibir sensaciones.

La sensibilidad es quizá la categoría fundamental de la estética, pero hay que aclarar que esta categoría no está relacionada exclusivamente con el mundo del arte, sino también con el mundo en general.

¿Esto qué significa?, significa que los seres humanos vivimos en un mundo que está construido estéticamente, es decir, que está hecho a partir de lo sensible, las cosas que nos rodean tienen una forma, color, olor, tamaño, textura, diseño determinado, los cuales podemos percibir a través de nuestros sentidos.

La mercadotecnia y la publicidad han comprendido con mucha claridad que este mundo está construido desde la sensibilidad y la percepción y juegan con ella a su favor para generar en nosotros el consumo de productos que quizá no necesitamos.

Regresando al arte y su relación con la estética, tampoco la sensibilidad y su nexo con otras categorías estéticas como lo bello, lo feo, lo cómico, lo erótico, entre otras, son determinantes sobre el arte, ya que actualmente gran parte de la obra de arte se relaciona con la razón y el concepto, de tal manera que la experiencia estética no sólo es producida por la sensibilidad sino también por el concepto, de ahí el término: arte conceptual.

Estar frente a una obra, observar El rostro de la guerra de Dalí nos debe generar algún tipo de experiencia, es decir, algún tipo de contacto con el mundo. La experiencia estética es el modo en que ha sido nombrado el momento en que alguien se conecta con el mundo y la realidad por medio de la obra de arte, ya sea a través de la sensibilidad, porque algo le “conmueve”, o a través de la razón y el concepto, porque alguna “idea” le suscita a la reflexión.

Todas las personas tenemos gustos distintos, es decir, nos atraen o incomodan cosas diversas, esto se debe a que todos somos diferentes y percibimos la realidad de formas distintas y variadas a partir de nuestras propias experiencias y horizontes contextuales.

Por tal motivo, el gusto es un concepto subjetivo, que nos sirve para determinar si algo es de nuestro agrado o no, este concepto aplica no sólo para las cuestiones cotidianas como la ropa, la comida etc., sino también para la estética y la obra de arte, de tal suerte, que esto nos permite entender por qué ante nuestro encuentro con la obra de arte, no siempre dicha obra debe ser de nuestro gusto o agrado.

Quizá no toda obra de arte nos pueda agradar, pero toda obra produce en nosotros una experiencia estética, es decir, algún encuentro con la realidad “…un juego entre lo posible y lo imposible, un desbocamiento de la imaginación que permite confundir al artista con el receptor de la obra de arte y a ambos con la realidad real o inventada.” (Mazzotti-Alcaraz; 2006)1

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