Isabel Gracida Juárez

Enseñar y aprender lengua y literatura

Gracida: Generará posibilidades de trabajo y de estudio

Enseñar y aprender lengua y literatura
Gracida: Generará posibilidades de trabajo y de estudio

La didáctica de las disciplinas está en el centro de la discusión y del debate; se abren posibilidades educativas que pueden sacudir inercias, que pueden democratizar en más de un sentido la enseñanza o, por el contrario, pueden ampliar las brechas de quienes, sin acceso a la conectividad, quedarán nuevamente al margen de los cambios ante una distribución desigual de recursos para el aprendizaje, consideró la profesora Isabel Gracida Juárez en la presentación de la nueva revista semestral Enseñar y aprender lengua y literatura.

La académica con amplia trayectoria habló de la trascendencia de este esfuerzo y señaló que si bien la institución genera posibilidades de actualización e información constante, muchos de los docentes se forman en seminarios, grupos de trabajo o, de manera más rigurosa, en algún posgrado, y mucha de la experiencia que adquieren se queda guardada.

Los profesores de Tiempo Completo “entregamos un trabajo que se queda registrado, pero no se comparte con más colegas, para que se vea en qué estamos trabajando cada uno de nosotros y cómo podemos generar formas de diálogo entre colegas”, expresó al asegurar que la mayoría del profesorado hace uso de publicaciones extranjeras, sobre todo de España, Argentina y Chile, cuando hay una gran cantidad de docentes que han trabajado mucho y no tienen posibilidad de publicar en esas u otras revistas.

“Me parece que el Colegio ya se había tardado en generar un proyecto de este calado porque realmente es un área, la lengua y la literatura, en donde tendríamos que tener muchos más elementos de actualización, pero también de debate y, en ese sentido, hacer una revista solamente para esa área genera muchas posibilidades, no sólo de trabajo, sino también de estudio”, consideró.

Para la funcionaria del Consejo Académico del Bachillerato (CAB) esta publicación es una oportunidad para que las maestras y los maestros se asomen y vean situaciones que les son interesantes de abordar en su propia aula; algunas referencias actualizadas tal vez no las conozcan. Consideró que quizá en este momento, más que nunca, es una necesidad para que el profesorado tenga un vehículo de discusión, de debate, de diálogo entre sí.

“Lo ideal -expuso- sería que como nosotros hemos leído revistas de otras latitudes, con otras miradas y retomamos lo que nos interesa, también otras miradas de fuera interactúen con las nuestras. La idea de la revista, y debería de ser la de todas, es abrirla a todos los posibles docentes que dentro de una disciplina puedan decir algo, de hecho, en el primer número está la mirada de España, otra de una escritora colombiana; así como de un autor que trabaja en un bachillerato que no sé si es propiamente agrícola”.

Al referirse a la llamada educación híbrida o mixta, la docente de TLRIID afirmó que “es absolutamente verdad que ante la necesidad usamos creatividad, conocimientos, estudios, todo lo que tuvimos a la mano, para que los aprendizajes que están en los programas tuvieran sentido a la distancia, creo que lo primero que se tendrá que hacer, y el Colegio ya va encaminado hacia ello, es una revisión de los programas”.

Porque es evidente, agregó, que no sólo de alguna manera van envejeciendo ciertos contenidos o ciertas miradas didácticas, sino que la revisión supone las nuevas realidades, muchísimos docentes del Colegio teníamos una formación en cuestiones de tecnología, pero no es todo, una mirada de hibridez, de mezcla de lo presencial y lo no presencial requiere un enfoque didáctico nuevo, porque no se enseña de la misma manera, con los mismos propósitos, ni para obtener los mismos logros de una modalidad a otra.

La merecedora del Reconocimiento Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos (RDUNJA) 1991 sostuvo que si nuestro futuro es híbrido, se tendrá que pensar qué pedagogía y qué didáctica se ajustan a las materias, porque se recurrió mucho a la tecnología para generar un contenido en el aula, un aprendizaje, pero todas las aplicaciones que se utilizan provienen de gente que las ha generado en otras sociedades, condiciones y para otras circunstancias.

“Las usamos porque nos resolvieron la posibilidad de un contenido, no de un aprendizaje; ahora todo eso hay que intervenirlo, ver que no rompa ni con el Modelo Educativo del Colegio, ni con las condiciones de autonomía, de identidad nacional que debieran estar allí, porque todas las aplicaciones provienen, básicamente, de generadores estadounidenses y ahí detrás hay una ideología y una forma de ver la educación, nos guste o no”.

Este primer número estuvo atado al contexto de la pandemia, pero se tienen que generar otras reflexiones mucho más abiertas y que no hayan sido producto de esa emergencia, sino del día a día, de las necesidades reales en un salón de clases, físico o virtual; sobre todo, de fortalecer el sentido de los aprendizajes.

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