A propósito del Segundo Concurso Estudiantil de Teatro Inter-CCH, cuya temática este año fue la dramaturgia de Molière, Teatro Isla de Próspero se acercó a los docentes que impulsaron la participación de sus grupos con la pregunta ¿por qué revisitar a Moliére en el 2022 puede beneficiar a nuestra comunidad estudiantil? Hoy, en este espacio, decidimos compartir con ustedes sus respuestas.
La profesora Mónica Granados, del plantel Azcapotzalco, señaló:
En el taller de Teatro Methamorphos exploramos cada género teatral desde una perspectiva allegada a l@s jóvenes. Por lo que redescubrir autores clásicos del teatro, como en nuestro caso con Las preciosas ridículas, les ayudó a identificar ciertos patrones que con el paso de los años seguimos viendo en nuestras sociedades actuales.
Este tipo de obras con sátira social, les ayuda a l@s jóvenes a jugar con los textos, permitiéndoles de esta manera transformarlos y adaptarlos según su percepción con sus realidades. De esta manera se busca despertar la curiosidad en nuestros espectadores para incitarlos a explorar las obras originales de los dramaturgos clásicos, como Molière.
Por su lado, Mauricio Garmona, del plantel Oriente, nos dijo:
Sin duda alguna, invitar a las y los participantes de mi taller a voltear su mirada a cualquier época o dramaturgia clásica, en este caso a Molière -considerado el padre de la comedia francesa- siempre será pertinente. Sus farsas y comedias forman parte de la literatura universal, pero, además -para quienes participamos del convivio teatral: público y hacedores- siempre resulta refrescante redescubrir lo fascinante de la Comedia del arte (referente inmediato de la mirada fársica de este dramaturgo). Asimismo, considero que la totalidad de su obra proyecta una serie de retratos profundamente críticos sobre la sociedad de la que él fue testigo y que parte en la transición del renacimiento al neoclásico. Quizá es por eso que, hoy por hoy, sus piezas siguen resonando a través de los vicios humanos de nuestra actualidad, de los que somos testigos y parte. Desde mi punto de vista, como profesor de adolescentes y jóvenes de nivel bachillerato en el CCH-UNAM, es imprescindible inducir la creatividad de mis participantes por medio del universo de Jean-Baptiste Poquelin (Molière), para quienes cobra una importante vigencia.
Finalmente, el profesor Octavio Barreda, del plantel Naucalpan, nos hizo llegar el siguiente texto:
“Todo el mundo es un teatro”.
W. S
¿Quién se ha robado el mes de abril?
Desde hace trece años considero al mes de abril como el más emocionante y emotivo que puedo vivir en el Colegio, la razón no es poca, alumnas y alumnos se vuelcan a una gran aventura que nunca olvidarán: hacer teatro, concursar. Los tiempos han cambiado, la representación también, ayer hacíamos obras en vivo, como es su esencia, hoy nos adaptamos a la tecnología y la puesta en escena es a través de plataformas digitales. Cuántas quejas, malos augurios, declaraciones funestas que han afirmado y lo siguen haciendo, que este arte está herido de muerte, sin embargo, siento decirles, seguimos y lo seguiremos haciendo por los siglos de los siglos… muy pronto la tercera llamada y los aplausos finales recuperarán su brío y objetivos: aprender y disfrutar de ver una historia en vida y para la vida.
Tal vez otros docentes prefieran enero, marzo, el mes que sea; para mí, como ya lo dije, es abril, aunque hubo uno que nos robaron, parafraseando a Sabina, el de 2020. Creo que todos conocemos las razones, de un día para otro nos cambiaron los libretos, cada uno de nosotros se atrincheró bajo cuatro paredes, entre los suyos. Pérdidas, dolor, ansiedades, cambios. Todo ha sido incertidumbre. Pero como dice la máxima de esta disciplina: el show debe continuar. Y así es, este querido mes regresa herido, torturado, si se quiere en silla de ruedas, pero con suficiente aliento y nunca vencido: seguimos haciendo teatro, como sea y como se pueda. Muy pronto recuperaremos todos los espacios, los tiempos, las metamorfosis que sólo una puesta en vivo puede ofrecer desde sus entrañas.
Regresamos como el ave fénix, ¿tautología? No, afirmación, estamos en ello. Creo que si el concurso de teatro del CCH no se quedó en el olvido, ha sido gracias a la maestra Olivia Barrera, que pese a todo y contra todo, con su locura luminosa (siempre necesaria), no ha sido convencida por los oráculos de un siniestro sino definitorio. Al contrario, gracias a su fuerza y voluntad, conflicto que es motor teatral, estamos aún vivos. ¡Más vivos que nunca! La voz de Dionisio ha regresado para aclamar algo que nos pone de buenas: nuestro concurso sigue y seguirá adelante. No olvidar, para nuestros aprendizajes y modelo educativo, que esta disciplina desarrolla, como ningún otra, todas las habilidades lingüísticas.
Frente a la generosidad y pasión reflejada en las palabras de los docentes, en Teatro Isla de Próspero queremos agradecerles por aventurarse a hacer teatro contra viento y marea. Nuestra experiencia como espectadores del Segundo Concurso de Teatro Estudiantil Inter-CCH puso de manifiesto que el arte del drama, de la representación escénica y de los clásicos como Molière, están más vivos que nunca.
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