El confinamiento derivado de la pandemia por Covid-19 ha hecho que se acentúe el uso de aplicaciones de citas o de ligue, como Tinder, Pof, Happn, Grindr, Badoo, Meetic, Mach.com, Okcupid, que permiten conocer gente y comunicarse a todo el mundo, pero ¿qué tan seguras son?, ¿cómo nos protegemos para no ser víctimas de algún delito?
El tema fue abordado por David Sánchez, en el marco del Primer Foro de Diversidad Cecehachera, realizado recientemente en el plantel Vallejo del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), donde el abogado y activista alertó a los jóvenes sobre los riesgos que corren en estas apps de uso común entre la población de su edad.
Comunicarnos con todo el mundo es increíble, pero qué pasa con nuestros derechos, cómo podemos saber si estamos o nos están agrediendo, porque “en este tipo de aplicaciones las líneas son tan delgadas, casi imperceptibles y podemos perdernos en ello”.
El objetivo de éstas es promover la interacción personal, por eso es importante hablar de ellas y “aprender a usarlas con seguridad y con consentimiento de información, porque piden datos dudosos de compartir, como ubicación domiciliaria o escolar, reconocimiento facial e incluso fotos”.
Al usarlas, aconsejó, deben leer los términos y condiciones, usar su nombre sin apellidos y evita el sexting (pues puede ser usado para perjudicarte), cuidar tu forma de comunicar, mandar tu ubicación a una persona de confianza con contexto relativo del posible “amigo, amiga o amigue” a contactar.
Buscar siempre el primer encuentro en espacios abiertos y horarios seguros; pues es un hecho que “todas las aplicaciones son susceptibles de hackeo, de robo de información o secuestro digital”. No se trata de satanizar las apps, sólo de tener precaución y no ser tan confiados, porque pueden divertirse sin ponerse en riesgo”, aclaró.
Explicó que, si bien es derecho de las personas tener relaciones sexuales informadas y seguras, placenteras, libres de coacción, discriminación y violencia, la sexualidad es amplia y abarca no sólo el aspecto físico sino el mental, social y emocional, e incluye, entre otras cosas, el derecho a la privacidad.
Sólo como datos a considerar, dijo, México ocupa el segundo lugar mundial de transfeminicidios, 47 mil mujeres mueren al año por abortos mal practicados, existen 5 mil casos de sida entre la población de 25 a 44 años (2020), y la edad promedio de una persona trans es de sólo 35 años.
