Beethoven

el autor clásico más interpretado

El adolescente que dio de qué hablar y fascinó al mundo

el autor clásico más interpretado
El adolescente que dio de qué hablar y fascinó al mundo

Tenía 17 años cuando se encontró con uno de los máximos exponentes de la música clásica, de aquel encuentro, se dice, surgió un buen augurio, y para el adolescente, ya con una significativa trayectoria, fue una de las improntas que no dejó pasar y que lo seguiría hasta el final de su vida.

Ludwig Van Beethoven, el músico de Bonn, que a su muerte congregó más de 20 mil personas y que a partir de ese momento su obra musical sería considerada como la más interpretada a nivel mundial, tuvo una infancia y una adolescencia complicada a nivel familiar, pero, al mismo tiempo, vivió de cerca los acontecimientos más significativos de Europa.

Desde su corta infancia, estuvo dirigido por su padre a seguir los pasos que había dado Mozart, el niño genio que asombró a Viena con sus ejecuciones extraordinarias; a los siete años tocaba el órgano y aprendía clarinete y piano, con ello llegó a ofrecer su primer concierto en público. No tardó mucho tiempo en aprender y a los 11 años estrenó su primera composición: Nueve variaciones sobre una marcha de Ernst Christoph Dressler.

Parte de este alcance se debió a que fue instruido por el compositor y director de orquesta alemán Christian Gottlob Neefe, él se refería a Beethoven como un muchacho de talento más que prometedor. “Toca el clavier con mucha destreza y gran dominio, lee muy bien a primera vista, y […] toca con maestría El clave bien temperado de Sebastian Bach […]. Este joven genio está llamado a ser un segundo Wolfgang Amadeus Mozart, siempre que continúe como ha comenzado”.

Y no estaba muy lejos de esta idea, no pasaría mucho tiempo para que fuera contratado, aún a su corta edad, como intérprete de viola en la orquesta de la corte del príncipe Maximiliano Francisco Javier de Habsburgo-Lorena.

Con su padre entregado al alcohol, y con las consecuencias y desavenencias provocadas por la falta de ingresos, no hace más que seguir el impulso propio de continuar con su mayor anhelo musical, el adolescente hace un viaje fugaz a Viena, donde, sin ser documentado, se habla de un encuentro con Mozart, quien ya con 30 años, gobernaba el círculo musical.

Se narra que el joven alemán interpretaría tres cuartetos para piano, pero el suceso no quedó ahí, sería el mismo Beethoven quien le pediría a Mozart un tema sobre el cual él pudiera improvisar, esta acción deslumbraría al músico austriaco al grado de decir a los presentes: “Prestadle atención porque algún día dará de qué hablar al mundo.”

Y así fue, se tienen contabilizadas 138 obras del músico alemán y 205 que fueron publicadas a la muerte de compositor, sólo compuso una ópera: Fidelio;  entre sus obras para orquesta se incluyen nueve sinfonías, entre las que destacan La Heroica, que en un inicio dedicó a Napoleón, la Quinta sinfonía en do menor y la Novena, que fue catalogada como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco, e himno de Europa, de ésta, cuando se estrenó, Beethoven ya padecía sordera, por lo que tuvo que ser auxiliado para darse cuenta de los aplausos que había provocado, aplausos que siguen a más de dos siglos y medio de su nacimiento.

Compartir: