En este planeta estamos en la escuela de la vida, venimos a aprender y como en la escuela, hay un momento de recreo y relax, para reflexionar y entender que cuando se enfrenta la pérdida de un ser querido no hay una receta de cocina para superarlo, “simplemente síganse a sí mismos, la propia vida, a su ritmo, les dirá cuándo es el momento adecuado para hacer las cosas”.
Así se expresó Angélica Patricia Cuevas Casillas al ofrecer el taller Manejo de duelo, en el que abordó las distintas etapas y manifestaciones, tanto emocionales, como físicas, cognitivas y conductuales, por las que se atraviesa en ese estado; proyectó un video para motivar la reflexión y realizó varias intervenciones psicoterapéuticas.
“Es un placer compartir todas estas herramientas que nos permiten salir adelante; la situación es difícil, sin embargo, cuando la vida nos presenta estas situaciones, tiene una razón de ser”, consideró.
La vida también nos da las herramientas, están dentro de nosotros, por supuesto que es válido no saberlo y buscarlas como ahorita, a través de un taller, de películas, que nos puedan dejar un gran aprendizaje, o en los libros. De hecho, “la resiliencia se trata de eso, de agarrarse de lo que sea para salir a flote y una vez que salimos, hacer un análisis, para ver si vamos bien o estamos parados en el camino más adecuado o hacemos ajustes para continuar descubriéndonos”.
El duelo, explicó a sus interlocutores, tiene etapas como la negación, cuando la persona no está lista para encarar la realidad; la rabia, en la que se buscan culpables de lo sucedido; la negociación, cuando se piensa que ha sido un mal momento y no dura toda una vida; depresión, cuando hay conciencia de la pérdida, y aceptación, cuando se sabe que es una realidad y comienza una reconstrucción personal.
Cuando se atraviesa una situación de duelo es obvio que uno diga: no hay para dónde voltear, todo es oscuro; es normal pensar así, “pero dentro de las herramientas que tenemos, si volteamos a ver el pasado les aseguró que todos los que estamos aquí hemos pasado por muchos retos, muchas pérdidas, y las hemos superado, eso nos va a permitir seguir caminando”.
Cuando sucede vemos el negrito en el arroz, hay que verlo, por supuesto, pero también hay que rescatar todo el contexto, para no ver sólo ese momento oscuro, porque todo tiene un por qué y un para qué, añadió la académica de la DGOAE y experta en Tanatología.
Tras escuchar a algunos participantes sobre las creencias de la gente que muere, remarcó que se debe tener respeto ante la diversidad de posturas; luego proyectó el video Recibe un servicio, en el que un joven se dirige hacia la cafetería y todo lo que le ocurre en el camino lo pone de malas, pero unos lentes lo ayudan a ver la situación de cada uno y logra reflexionar y ser empático.
Entonces, antes de estallar, hay que hacer ejercicios de respiración, pensar, e identificar aciertos y errores, para aprender de ellos.
La tallerista en comunicación emocional y asertiva hizo algunas intervenciones psicoterapéuticas para el manejo de las pérdidas, que consistieron en cerrar los ojos, respirar de manera relajada, escuchar música suave y tener pensamientos positivos.
Les aclaró que tomar un taller sobre manejo de duelo no quiere decir que mañana se van a sentir bien, “las emociones que vamos a observar se quedan por el tiempo que sea necesario, no deben reprimirlas, porque conocer las distintas etapas de duelo va a permitir un manejo saludable”, aseguró.
Las etapas vistas, comentó, son las que considera Elizabeth Kübler-Ross, la madre de la Tanatología, aunque no siempre se identifican todas, pues depende de cada uno y de su historia personal.
“Creo que cuando nos vayamos de este mundo, va a ser por cualquier medio; mientras, hay que procurar que nuestra vida sea de calidad, si nuestros seres queridos no pudieron conocer estas cosas, vamos a hacer la diferencia para nosotros mismos”, invitó a los alumnos.
