Como cada año, México se ilumina de colores y texturas a finales de octubre. El Día de Muertos es una de nuestras celebraciones más conocidas a nivel mundial.
Para los mexicanos el 2 de noviembre es una fecha que define mucho del sincretismo cultural que vivimos, dándonos identidad y acercándonos a nuestras raíces prehispánicas.
A lo largo de nuestra historia, el arte siempre ha acompañado a los diferentes ritos y tradiciones que construyen nuestra cultura, pues nos recuerda siempre la importancia de ver y sentir el mundo desde otras perspectivas.
José Guadalupe Posadas, Diego Rivera, Frida Kahlo y Octavio Paz, entre otros, son algunos de los artistas que han trabajado sobre la tradición de Día de Muertos y la han expuesto ante los ojos del mundo.
En gran medida los artistas han dejado en nuestra memoria distintas interpretaciones de lo que significa esa fecha y gracias a su aporte hoy es una de las festividades más populares.
Las ofertas culturales en esta temporada parecen emanar, tal como lo “hacen” los muertos, se revive la curiosidad de observar a través de las artes la forma en como nos relacionamos con la muerte.
Bajo el discurso de “La vida y la muerte no necesitan explicación”, Caeya Celestina (Compañía de Artes Escénicas y Audiovisuales) presentaron Ni la muerte nos separa, una obra de teatro inspirada en un exvoto del latín ex voto, que significa “proveniente de un voto”; es decir, algo que se promete realizar cuando se nos cumple un favor.
Más allá de cumplir una promesa, el exvoto muestra la necesidad de contar o revelar las historias de estos milagros. A través de la escena, Caeya Celestina nos cuenta la historia de dos enamorados que fueron víctimas de las jugadas de la catrina, pero esta misma será la responsable de darles a nuestros protagonistas la oportunidad de encontrarse por una última vez y terminar aquello que en algún momento quedó pendiente.
Ni la muerte nos separa es un espectáculo multidisciplinario que combina la danza folclórica, el teatro y la música. Son tres actores en escena Rafa Laja (actor, director y dramaturgo) Camila Cueto (codirectora) y Yeya Lamadrid (actriz), y cuatro bailarines: José María González, Yordi Fabián Uriel, Frida Muñoz y Fernanda Muñoz los encargados de crear un ambiente totalmente festivo y a su vez reflexivo, que hizo cuestionarse al espectador temas como el duelo de los muertos, la figura de Dios dentro de la muerte; la culpa, el amor y la importancia del vivir en el presente.
La puesta en escena se entreteje con la perspectiva de cada uno de los personajes sobre su forma de ver a la muerte, una forma dinámica en la que la teatralidad juega con el público y lo hace partícipe de la historia y con la combinación de estilos de danza folclórica .
Caeya Celestina es una compañía que busca reinterpretar y cuestionar los valores tradicionales mexicanos a través de las artes escénicas. La identidad es el concepto con el que la compañía busca establecer nuevos puntos de creación y visión que logren crear conciencia en el espectador mexicano.
“Si nosotros nos cuestionamos, reflexionamos y vemos a través del teatro nuestra forma de ser como cultura y sociedad, sin lugar a duda disminuirá la cantidad de problemas sociales que tenemos en la actualidad, porque a los mexicanos nos cuesta mucho vernos y cuestionarnos lo que somos”, declaró su director, Rafa Laja.
El 29, 30 de octubre y 1 de noviembre, Ni la muerte nos separa se presentó en el Centro Cultural El Hormiguero, y los días 31 de octubre y 2 de noviembre en el municipio de San Juan del Río, Querétaro, dentro del 16avo Festival de Día de Muertos de dicha localidad.
La compañía solicitó a los asistentes estar pendientes de sus redes sociales en FB: CAEYA CELESTINA e IG: @Celestinarte porque anunciarán próximos proyectos con los que buscan llevar su trabajo a otros puntos del país.
