Al explicar el concepto de sexo y cómo aprendemos el género, José Carlos Gutiérrez Ramírez, colaborador de Radio Ciudadana 660, mencionó que “la sociedad es la responsable de la construcción de estas concepciones en un sistema binario. Es el resultado de un largo proceso de producción y reproducción de normas culturales sobre el comportamiento de hombres y mujeres, en interacción con las instituciones culturales, sociales, políticas y culturales”.
Al impartir la conferencia “Género, masculinidad y amor romántico, desmontando mitos y violencias”, en el Auditorio 1 del Siladin, del plantel Sur, precisó que tanto a hombres como a mujeres se les han asignado conductas consideradas legítimamente masculinas o femeninas; esto sucede desde el nacimiento cuando, de acuerdo con las características físicas, se va construyendo una identidad a la que se llama género.
Agregó que esto lo aprendemos en la familia, en la religión, en los medios de comunicación, en la economía, en la política, en todos lados. “De acuerdo con especialistas, entre 0 y 5 años, más o menos, en cada uno de nosotros se nos forma un mapa emocional, que vamos a repetir prácticamente toda la vida, es decir, aprendemos estos roles, primero en casa, después se va reforzando en la escuela, con los amigos, en la calle, etcétera”.
De esta forma, se tiene la idea de que los hombres no deben expresar sus emociones ni pedir ayuda porque pueden solos y de lo contrario parecerían mujeres. Por lo tanto, “deben” comportarse, de cierta manera como debe ser un líder, competitivo, ganador, racional, valiente, fuerte, agresivo, proveedor, entre otras características; en cambio, las mujeres asumen un rol de cuidadoras, predisposición a la emoción, que ponen en el amor por encima de todo.
Asimismo, indicó cómo Luis Bonino define la masculinidad: “[una] arbitraria construcción social resultante de la organización patriarcal y de dominio masculino en las relaciones de género (…) está compuesta por un conjunto de valores, definiciones, creencias y significados sobre el ser y no ser varón, pero, sobre todo, de su estatus con respecto a las mujeres”.
La masculinidad hegemónica se constituye en aquel modelo que se impone y reproduce y, por lo tanto, naturaliza como práctica e identidad de género obligatorio para todos los hombres, añadió durante el evento realizado por la Comisión Interna para la Igualdad de Género del plantel en el marco de la Cuarta Jornada por la Igualdad de Género del CCH.
La experta puntualizó que para eliminar las dependencias afectivas y llegar a una igualdad real entre hombres y mujeres, hay que deconstruir los mitos románticos y crear nuevas formas de relacionarnos más libres e igualitarias; relacionarnos desde un lugar distinto, que no sea el amor romántico, relaciones desde la aceptación de uno mismo, hacernos responsables de nosotros mismos, finalizó.