Es la tercera novela de Salvador Elizondo

Elsinore. Un cuaderno

Es la tercera novela de Salvador Elizondo

Elsinore. Un cuaderno
Es la tercera novela de Salvador Elizondo

Las novelas de Salvador Elizondo (1932) tienen un elemento central: el tiempo. Y de este último, todo lo que se pueda recuperar: el juego con la memoria, la fascinación por su paso, el recuerdo como materia prima de la narración.

En el caso del Elsinore. Un cuaderno (1988) no se mide de la misma manera que en Farabeuf o El hipogeo secreto, sino sólo como un pretexto para contar una historia con un arco dramático más definido, a diferencia de sus antecesoras.

La historia es simple: Elizondo, a manera de personaje-autor, da cuenta de su estancia en una Escuela Militar Elsinore, de California, al acabar la Segunda Guerra Mundial. A lo largo de la trama, se tejen y destejen despertares sexuales de un adolescente, el contraste entre el español y el inglés, la vida adulta frente a la infancia, el mundo mexicano contra el estadounidense, el sarcasmo como remedio contra ese sutil drama en el que a veces suele caer el personaje.

Como lo decía al inicio, el escritor juega con elementos inasibles (como el tiempo) a través de herramientas como la memoria y el sueño, pero no nocturno, sino una ensoñación a mediodía, un artefacto que utiliza como escape de sus propias imperfecciones diarias.

A pesar de ser la tercera novela de Elizondo, es la más lúdica, la menos densa (estilísticamente), no cae en los artificios poéticos de Farabeuf ni en los juegos retórico-temporales de El hipogeo secreto. Aquí hallamos a un novelista más “tradicional”.

A la manera de un diario, el adolescente que atraviesa estas páginas suele ser antipático, envuelto en medio del apogeo intelectual que le heredó su familia, la portentosa Elizondo Pani. El joven Salvador se halla a mitad de ser un mexicano criado en Estados Unidos y un “agringado” que tiene raíces mexicanas, es decir: el gran debate sobre la identidad.

Así como Las tribulaciones del estudiante Törless, de Robert Musil; Jakob von Gunten, de Robert Walser, Retrato de un artista adolescente, de James Joyce (el gran maestro de Elizondo), por mencionar sólo algunos, Elsinore. Un cuaderno es una manera de reconciliarse con la infancia y la adolescencia mirándolas a la distancia, con la protección de los ojos adultos, con el prestigio de haber escrito dos novelas importantes.

Son ya muy conocidas las palabras elogiosas de Octavio Paz al libro de Salvador Elizondo:

Es un libro breve y perfecto [en el que] se alían la ligereza y la inteligencia, la gracia y la melancolía […], todo transformado en una prosa fluida, transparente. Milagro de la economía verbal: no sobra ni falta nada. (a bando)

No cabe duda de que los alumnos y profesores de los cinco planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades deberían entrar al universo de esta novela, la más accesible del autor.

Para los estudiantes es una oportunidad para ver con los ojos de un joven aprendiz de escritor cómo lidiar con las vicisitudes de un oficio que se comienza desde la lectura a una temprana edad y los problemas que se perpetúan desde la familia y la edad.

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