Para Nairanelly Prieto, en su primera infancia, la investigación, así como la divulgación de las ciencias, fueron tan divertidas como correr, cantar, dibujar o jugar con peluches y muñecas barbies.
Ahora, convertida en una adolescente de 15 años, no atina a seleccionar que puede ser más divertido, si convivir entre sus compañeros sin el oropel que implica ser la ganadora de la Presea Bernardo Quintana Arrioja, por ser la alumna de excelencia del plantel Sur, o participar y conseguir el segundo lugar en el XXXII Concurso Universitario Feria de las Ciencias, la Tecnología y la Innovación de la UNAM.
“Somos niñas y adolescentes del presente presentando proyectos para hacer un cambio en el futuro, pero si los adultos no van a aceptar o escuchar, no se logrará nada”, sentencia ante las dudas y las reticencias de quienes creen que su edad es limitante con sus capacidades.
En el reciente XXXII Concurso Universitario Feria de las Ciencias, la Tecnología y la Innovación, que convocó a jóvenes y profesores del nivel medio superior de la Universidad Nacional y bachilleratos del interior del país, Nairanelly desarrolló el proyecto “Una habitante suculenta que emerge de las rocas Echeveria Gibbiflora”.
Comentó que el concurso le dejó diversas enseñanzas, como aprender a cuidar la especie, a conocerla; “antes sólo observaba que era variada su distribución en mi plantel, pero ahora, al conocerla y ver la función biológica que realmente tiene, deberíamos como alumnos aprender a cuidarla y preservarla, porque la zona donde se ubica está muy descuidada”.
Vocación temprana
“Cuando tenía nueve comencé en un programa de ciencias; llevo seis años haciendo investigación y divulgación. Comencé jugando, recuerdo que de niña observaba todo lo que estaba en mi entorno y preguntaba por qué esta planta, por qué este animal tiene tantos colores”, recuerda Nairanelly, quien detalla que el Museo de las Ciencias y el Jardín Botánico de la UNAM terminaron de enamorarla de la máxima casa de estudios.
“Me gustan la ciencias biológicas y ambientales, así como el cuidado de los recursos naturales del planeta porque es el único que tenemos. Debemos a aprender a coexistir con las especies animales y vegetales que lo habitan, por eso he desarrollado proyectos enfocados a su conservación pero, sobre todo, a su divulgación porque si no conoces lo que está a tu alrededor no puedes plantear alternativas para conservarlo; ese es mi principal lema”, subraya Nairanelly, quien cursa el cuarto semestre y la UNAM siempre ha sido su primera opción para tener acceso al quehacer científico.
Y aunque su principal interés, subraya, es aprender metodologías de investigación y divulgación de las ciencias, “no termino una y ya estoy organizando otra”, revela.
Nairanelly detalla que su tiempo lo distribuye entre sus amistades, sus padres y otras actividades complementarias, como el deporte y el arte.
“Me gusta el atletismo, la gimnasia, el dibujo y el canto; concursé en los Juegos de Convivencia con mi plantel, ganamos el segundo lugar; también me gusta exponer; dar discursos, dibujar; convivir con mis compañeros fuera del aula, así como las matemáticas y las ciencias. Tengo muchas áreas de interés”, señala.
Nairanelly cree que las ciencias podrían interesarle a la mayoría de las infancias y adolescencias, pero sus divulgadores, a veces, son los primeros que lo impiden.
“Algunos divulgadores dicen: ‘las matemáticas o las ciencias son muy complicadas, son para genios’. No creo que sea así, porque si uno le dedica tiempo, esfuerzo e interés, puedes lograr grandes cosas. Creo que, principalmente, debe haber un cambio en la mentalidad de los divulgadores; ponernos de ejemplos a personas referentes para nuestras generaciones. Por otra parte, a los adolescentes les falta información de programas o actividades, así como espacios para que divulguen sus trabajos; hay muchos adolescentes que no saben expresarse, además tienen miedo a las repercusiones. Por eso deseo hacer difusión para que se inspiren, se animen a investigar, vean que es un campo muy gratificante”.
—¿Qué piensas de que los adultos no quieren escuchar a los jóvenes?
“Siempre hace falta aprender; el conocimiento es poder, pero de repente hay adultos que te cuestionan demasiado sin darse cuenta de que eres un adolescente. Me han tocado jurados que dicen: ‘deberías estar jugando, interesarte en otras cosas, no en la ciencia’. Creo que es importante también cambiar esa mentalidad. No me gusta pensar en el futuro porque no sabemos si vamos a seguir teniendo presente, pero yo me veo como una científica que logra un gran impacto a nivel mundial, viajando y dando a conocer lo que hice en México”, reveló la cecehachera.