Territorioyfeminismo

Territorios del feminismo y sexualidad

Exponen las prácticas que han provocado sean marginadas en la política y cultura

Territorios del feminismo y sexualidad
Exponen las prácticas que han provocado sean marginadas en la política y cultura

Diversos cambios históricos profundos actuales han sido tanto la raíz como resultado de las luchas de las mujeres por recuperar su lugar en el espacio público, así como del control de su propia sexualidad, afirmó Mónica Monterrubio Paredes durante la charla “La disputa por los cuerpos. Reflexiones sobre feminismo y sexualidad”.

Para empezar esta actividad, la maestrante en Filosofía Política por la UAM Iztapalapa aseveró que la sexualidad es un hecho discursivo porque se entiende como lo que nos dicen, es decir, de acuerdo con los preceptos sociales, familiares, religiosos y mediáticos prevalecientes. Dichos puntos de vista están sesgados y se han cuestionado en múltiples ocasiones pues, con el tiempo, han cambiado los roles, las prácticas y costumbres. Por lo tanto, debemos desarrollar herramientas para modificar estas concepciones que hemos adoptado.

La ponente dijo que debemos diferenciar en physis y logos. El primer concepto tiene que ver con el cuerpo y lo físico y se ha relacionado, sobre todo, con el cuerpo de la mujer. En tanto, el logos se vincula con la razón y se ha vinculado con la figura masculina. De este modo, surge una escisión entre lo femenino y lo masculino.

Esta distinción, aseveró, permea hasta la actualidad en las relaciones sociales y define un paradigma a partir de lo que no somos, es decir, lo que es y no es propio de lo masculino o lo femenino, lo que ha derivado en prácticas que han excluido a las mujeres de muchos espacios públicos y de decisión, como en la política y la cultura.

De este modo, la mujer quedó confinada a lo privado y ha sufrido un control tanto en sus derechos como en sus relaciones familiares, roles sexuales y laborales, posibilidades de desarrollo y educación.

“El cuerpo de la mujer y los cuerpos feminizados se convirtieron en un botín. Un territorio que ha sido conquistado y arrebatado. Se ha negado su sexualidad, su placer y su deseo, además de imponérsele cánones estéticos que, incluso, atentan contra su salud, además de controlar su derecho a la elección libre de la maternidad”, detalló.

Mónica Monterrubio aseveró que, históricamente, se ha determinado a las mujeres desde lo corpóreo y se le ha negado la práctica intelectual. Asimismo, su sexualidad ha sido subordinada con prejuicios e imposiciones religiosas, sociales y morales, y con códigos de conducta que estigmatizan su libre ejercicio y que ha llevado a las sanciones y violencia contra aquellas que los rompen.

Posteriormente, citó al pensador francés Michel Foucault, quien afirmó que vivimos en un “régimen victoriano”, donde la sexualidad es encerrada dentro del matrimonio y donde la familia conyugal la monopoliza con fines reproductivos, lo que se impone como norma.

Para cerrar su disertación, presentada por el Programa Institucional de Asesorías del plantel, Mónica Monterrubio afirmó que debemos ser conscientes de estas acciones represivas para visibilizarlas y superarlas y con ello lograr que la sexualidad sea una práctica de libertad y que nos permita cuidarnos a nosotros mismos y a los demás.

Compartir: