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curso sobre cine y literatura

Abren un espacio para la escritura creativa con un fin catártico

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Abren un espacio para la escritura creativa con un fin catártico

El curso “El relato de terror en la literatura y el cine”, organizado por el Departamento de Difusión Cultural, que dirige Isaac Hernández Hernández, resultó todo un éxito, dado que se dieron cita creativos de distintas instituciones de la UNAM. Participaron alumnos y exalumnos de los planteles Azcapotzalco y Naucalpan, y de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, lo cual enriqueció la conversación al proponer un foro de discusión.

La impartición del curso estuvo a cargo de María Eugenia García Fernández, egresada de la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas por la FES, quien logró despertar la curiosidad y creatividad entre los asistentes.

El desarrollo del curso incluyó conceptos clave, como son: la historia del relato y el cine de terror, la teoría literaria (el cuento tradicional según Propp y la narratología) y un análisis colectivo de textos de Edgar Allan Poe, Horacio Quiroga y Amparo Dávila.

 Tertulia literaria

La ponente explicó que se revisaron con una mirada crítica las producciones audiovisuales de Alfred Hitchcock, Ari Aster y Pascal Laugier. A la par, dijo, se abrió el espacio para la escritura creativa que permitió a los estudiantes -de manera virtual- producir y compartir textos en una tertulia literaria de terror.

“Se cumplió el objetivo del curso al fomentar una lectura crítica de discursos literarios y cinematográficos, además de la creación de un relato de terror propio”, comentó García Fernández, quien tiene amplia trayectoria en la construcción de relatos de ciencia ficción.

En este sentido, se espera poder realizar una segunda edición del curso, dirigida a las producciones mexicanas de terror, para así completar un panorama del escalofriante y fantástico mundo del miedo y lo desconocido. 

“El curso también tuvo un fin catártico”, asentó García Fernández, ya que, al enfrentar a los estudiantes con representaciones discursivas de terror, estos pudieron expresar sus propios miedos surgidos en la pandemia y, por otro lado, observar la realidad desde una postura crítica.  

“Fue un espacio donde se pudieron compartir opiniones con otros compañeros interesados en el género, y así poder dar bases literarias a nuestras anécdotas de terror, convirtiéndolas en relatos literarios”, señaló un participante.

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