El término mindfulness tiene sus raíces en las antiguas tradiciones budistas, pero su popularización en Occidente se debe, principalmente, al trabajo de Jon Kabat-Zinn.
El concepto de mindfulness se deriva de sati en la lengua pali, que se traduce como “atención plena” o “conciencia”.
Las prácticas de meditación mindfulness se encuentran en las enseñanzas budistas, mismas que se remontan a más de 2500 años. El budismo enfatiza la importancia de la atención plena como un camino hacia la liberación del sufrimiento.
En la década de 1970, Jon Kabat-Zinn, profesor de medicina, desarrolló el programa de Reducción del Estrés Basada en Mindfulness (MBSR, por sus siglas en inglés) en la Universidad de Massachusetts.
Kabat-Zinn adaptó las prácticas de meditación budista para un contexto secular, haciéndolas accesibles a personas de todas las creencias. El programa MBSR se ha utilizado ampliamente para ayudar a las personas a manejar el estrés, el dolor crónico y otros problemas de salud.
Desde entonces, el mindfulness se ha extendido a diversos campos, incluyendo la psicología, la educación, la salud y el mundo empresarial. Se han desarrollado numerosas aplicaciones y programas basados en mindfulness para promover el bienestar y la salud mental. Actualmente, es una práctica muy extendida en todo el mundo.
Su realización puede ser una herramienta valiosa para mejorar el bienestar físico y mental en el contexto de la Educación Física.
Enfoques
El mindfulness ayuda a mejorar la concentración y el enfoque, beneficia al estudiantado a prestar atención plena a sus movimientos y sensaciones corporales durante el ejercicio físico, lo que puede mejorar el rendimiento y la coordinación.
Además, sus técnicas, como la respiración profunda y la relajación muscular, pueden favorecer en el estudiantado a manejar el estrés y la ansiedad relacionados con la competencia o el rendimiento.
Por otra parte, promueve la conciencia de las sensaciones físicas, las emociones y los pensamientos, lo que puede ayudar al estudiantado a desarrollar una mayor comprensión de su propio cuerpo y sus necesidades.
Asimismo, el mindfulness permite al estudiantado el desarrollo de habilidades como la empatía, la compasión y la regulación emocional, que son importantes para el trabajo en equipo y la colaboración en actividades deportivas.
Por ello, comenzar o terminar las clases con ejercicios de respiración profunda o relajación muscular ayuda a calmar la mente y prepararse para el ejercicio físico.
Aunado a ello, animar al estudiantado a prestar atención a las sensaciones de sus pies al correr, el estiramiento de sus músculos al hacer ejercicios de flexibilidad o la sensación del balón en sus manos al jugar baloncesto.
El mindfulness ayuda a la meditación caminando o en movimiento. Practicar la atención plena mientras se camina o se realizan movimientos suaves beneficia al estudiantado a conectar con su cuerpo y el entorno.
Por último, después del ejercicio físico, dedicar tiempo a la reflexión y el diálogo sobre las experiencias y sensaciones del estudiantado puede ayudarle a procesar y aprender de sus experiencias.
Es importante recordar que la integración del mindfulness en la Educación Física debe ser gradual y adaptada a las necesidades y edades del estudiantado.
Referencias de consulta:
Peroni. (2018). Educación Física consciente: Mindfulness en la escuela. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7410374.pdf
Secanell. (2019). Mindfulness en Educación Física: Diseño y análisis de una secuencia didáctica. https://efdeportes.com/efdeportes/index.php/EFDeportes/article/view/884/578