Los avances de la medicina en el último siglo han permitido que la población mundial viva más años, por lo que ha crecido demasiado. Eso implica, entre otras cosas, una mayor demanda de alimentos, servicios y consumo de energías que dañan el planeta. Así lo aseveró Rosa María Prol Ledesma, del Instituto de Geofísica de la UNAM, durante la conferencia virtual “El calor de la Tierra. Acidificación de los océanos”, impartida dentro del Programa Jóvenes hacia la Investigación en Ciencias Naturales y Matemáticas.
Otra situación alarmante, dijo la científica, es que antes, incluso en la primera mitad del siglo XX, “la gente consumía menos energía en las casas, y la usaba para cocinar e iluminar sus actividades nocturnas, por ejemplo. En cambio hoy, consumimos mucho más energía, ya que contamos con diversos aparatos electrónicos en los hogares, utilizamos computadoras y también usamos transportes que, para funcionar, requieren mucha energía contaminante”.
Hoy, detalló Prol Ledesma, “una persona consume 10 veces más de lo que se consumía al principio del siglo pasado; eso refleja una voracidad que está acabando con todos los recursos del planeta, y aumentó desde que se descubrió el petróleo, porque se vio que era una forma fácil de generar energía”.
La doctora en físico-matemáticas por la Academia de Ciencias de la extinta URSS, mencionó que en 1971, es decir, hace medio siglo, “la demanda mundial de energía fue de cinco mil 536 millones de toneladas equivalentes de petróleo, mientras que en 2006 fue de 10 mil 345 millones de toneladas, lo que implicó un crecimiento del dos por ciento anual durante estos cincuenta años”.
Desde mediados del siglo pasado, “la cantidad de energía que necesitamos para producir electricidad, transporte y producir alimentos, entre otras cosas, creció de manera enorme; se calcula que en el año 2037, la demanda se duplicará, y en 2057 se triplicará”.
Actualmente, refirió, “la tecnología está evolucionando ante las evidencias de que hay que cambiar la forma de vida, pero para producir energías limpias, 66 por ciento de los combustibles como el carbón, gas y petróleo están cediendo el paso a energías renovables como las hidroeléctricas, biomasa, solar, eólica y geotérmica”.
México, aseguró la también experta en Sistemas de información geográfica y Teledetección de los recursos naturales, cuenta con todas esas energías renovables y se están desaprovechando. “Se piensa que, para el año 2030 más del 50 por ciento de toda la energía que se consuma será energía limpia”.
Por lo anterior, la reconocida investigadora profundizó en su conferencia acerca de la energía geotérmica, que es aquella que se produce debajo de la Tierra, “donde se generan temperaturas mayores a los mil grados. De hecho, en muchos países de Europa y en Estados Unidos se piensa que la corteza terrestre es una fuente de energía que puede ser utilizada”.
En tanto, prosiguió, “en la República mexicana la temperatura de la Tierra es buena, además de que recibimos la del Sol, entonces somos millonarios en energía limpia”.
También se refirió a lo que está ocurriendo con los océanos debido a las actividades humanas. Recordó que los mares “son fundamentales en diferentes procesos de la vida”.
Explicó la dañina acidificación en los océanos “ocurre por tanto CO2 (dióxido de carbono), ácido carbónico y el sobrecalentamiento global. Cuando tenemos un pH ácido, por debajo de ocho, se disuelven corales, conchas y disminuyen muchas especies marinas, arrecifes y ecosistemas”.
