Mejores formas de relacionarse

Buen trato, amor confluente y responsabilidad afectiva

El objetivo, tener vínculos afectivos más humanos y menos desiguales

Buen trato, amor confluente y responsabilidad afectiva
El objetivo, tener vínculos afectivos más humanos y menos desiguales

Tú eres la persona más importante y en quien debes de poner todos tus esfuerzos, una vez que logres sentar las bases de la autoestima, el autocuidado y el autorrespeto serás una persona capaz de mejorar tus relaciones con el otro y elevar tu calidad de vida, así lo expresó Dalila Luz Ocaña, quien junto con Marcela Valadés Morales llevan a cabo una serie de talleres y cursos enfocados en mejorar las relaciones entre los adolescentes de bachillerato.

La Organización Mundial de la Salud considera adolescentes a quienes oscilan entre los 10 y 19 años. Etapa que se caracteriza por una serie de cambios hormonales, neuro y bioquímicos, así como un un acelerado crecimiento físico, cognoscitivo y psicosocial. En esta fase es imperioso generar los primeros acercamientos con jóvenes de su edad, abrir otros horizontes, relacionarse y vincularse con sus pares que piensan como ellos.

Todo ser humano, señaló la especialista de la Dirección General de Orientación y Atención Educativa, tiene derecho a tener herramientas y recursos en su vida que le brinden tranquilidad, felicidad, bienestar tanto físico, mental, sexual y espiritual, por lo que las actividades que se organizan y desarrollan para los jóvenes, a través de la DGOAE, se fundamentan en tres aspectos importantes: el buen trato, el amor confluente y la responsabilidad afectiva. 

Dichos recursos, explicó, surgieron después de analizar los resultados de una encuesta aplicada a 17 mil 500 estudiantes de bachillerato de la UNAM, en el 2018. En ella,  los jóvenes refieren que viven y ejercen violencia: “ha jugado bruscamente conmigo”, “me provoca celos con otra persona”, “cuando se molesta o discute conmigo ha revisado mis llamadas telefónicas”, “me presiona para que le cuente todo y no le guarde secretos”, “me ha impuesto sus opiniones o decisiones”, “me ha presionado para tener relaciones sexuales sin protección y sin que yo quiera”, “me ha jaloneado para lastimarme”.

En la mayoría de estos casos, señaló la especialista, predomina la violencia emocional y la psicológica; en segundo lugar la violencia sexual y en tercero la violencia física. En la primera predomina el control, es una violencia muy sutil, blanda,  incluso entre los chicos y chicas se ha normalizado: “me cela porque le intereso”, “le comparto mis contraseñas porque le tengo confianza”, “si no me cela es señal de que no me quiere”.

La violencia en nuestros jóvenes está muy presente, incluso es bidireccional, declara, es decir, que los encuestados que ya mantienen una relación o que la tuvieron confiesan haber violentado a su pareja, tanto chicas ejercen violencia emocional, a través del control, como los jóvenes, es recurrente el “yo también te hago lo que tú me haces”.

Con la pandemia, comenta, los jóvenes se perdieron de una etapa importante de su vida. Por un lado, las nuevas tecnologías fueron un pequeño bálsamo, pero no todos tuvieron acceso a una computadora o un teléfono celular; quienes sí, pudieron mantenerse en contacto con sus compañeros, amigos, familia, pareja y por qué no decirlo, evadir también un entorno hostil. A otros les permitió convivir más con sus padres, ir a sus lugares de origen, hacer otras cosas que no te permite la vida cotidiana.

Sin embargo, hubo jóvenes que se aislaron del mundo, se encerraron en sus redes sociales, ya no interactuaban con la familia, lo que perjudicó los vínculos con sus padres y hermanos; se enclaustraron en los videojuegos, en las redes sociales, lo que debilitó mucho la convivencia familiar, y también dejaron amigos, incluso la pareja. Se volvió una adicción y les generaba ansiedad, depresión, estrés, insomnio, trastornos alimenticios y sufrieron también de la ciberviolencia.

 

Alternativas

Bajo este contexto, comentó la especialista, se crearon recursos dirigidos a los jóvenes de bachillerato: un catálogo de talleres y conferencias en las que se trabajan alternativas para relacionarse mejor, sustentadas en tres conceptos básicos, uno es el buen trato, que se puede definir como aquellas acciones que benefician a la otra o al otro.

El término que acuñó Fina Sanz, explicó, indica la importancia de que cada persona se ame, se cuide, y se respete; es decir, que procure aquello que le cause bien. Una vez que se inicia con la autoestima se puede relacionar de manera más sabia y equilibrada con amigos, familia o pareja. De ahí que es importante llevar a todos los espacios de bachillerato, entre otros, el modelo del buen trato, afirmó.

El siguiente es el amor confluente (del sociólogo Anthony Giddens), el cual presenta una alternativa al amor romántico, uno más sano, equilibrado, consciente, libre. Quienes están en esta relación es porque así lo desean, por iniciativa propia, de manera voluntaria, ambas lo construyen. Está basado en el respeto, la comunicación, la empatía, derecho a tener ambos sus propios espacios, y están en constante evaluación de la relación, si deciden terminar lo hacen de manera sabia e inteligente.

Hay igualdad en lo afectivo, emocional y sexual, nadie está por encima de nadie, hay negociación, acuerdos; la comunicación es abierta, plena, nadie tiene miedo a decir lo que siente o piensa y nadie se siente ofendido, nadie se sacrifica por nadie.

Por último, la responsabilidad afectiva, que se aplica en todo tipo de relaciones: con los hermanos, padres, los amigos y la pareja; enarbola el cuidado, el respeto, la empatía hacia las otras personas, “no voy a hacer nada que no quiero que me hagan”, entonces tengo que ser muy claro en qué tipo de relación quiero establecer.

El objetivo es construir vínculos afectivos más humanos y menos desiguales. Es cuidar los sentimientos del otro, hacerme responsable de mis sentimientos, emociones y pensamientos, pero también cuidar los del otro a través del consenso y el diálogo. Al final, sostuvo, se trata de que todo ser humano sea feliz.

Para conocer e integrarse a los diversos talleres y cursos, visitar la página de la DGOAE: http://www.dgoae.unam.mx 

Compartir: