transgender

Mi nombre es Valentina

Se confunde identidad de género y orientación

Mi nombre es Valentina
Se confunde identidad de género y orientación

Desde que tengo uso de memoria supe que no era igual a los demás niños, y no me refiero a gustos, sino a cómo me veía a mí misma; pero a los 17 años tomé la decisión de abrirme por completo y decir con toda claridad: “mi nombre es Valentina”.

Cuando entré al plantel Naucalpan una nueva etapa se presentaba en mi vida. Al principio yo decía que era un niño, cosa que no sonaba mal, sólo que por dentro no estaba segura. Muchas de las personas que se hicieron mis amigos no tenían problemas con que yo perteneciera a la comunidad Lésbico Gay Transexual Bisexual (LGTB+) y los maestros tampoco hicieron comentarios ofensivos. Después me di cuenta que las burlas a mi persona se hacían cuando yo no estaba.  Los compañeros se burlaban de mi forma de expresarme, de vestir, de moverme, de comportarme, y todo a mis espaldas. Busqué la manera de ignorarlos y trataba de que estos comentarios no me afectaran.

Al principio estaba muy nerviosa de aceptar quién soy. Varias veces me preguntaron cómo y cuándo supe lo que era. Siempre lo supe, sólo que no lo aceptaba y fue difícil abrirme con la gente. En redes sociales veía a muchas personas expresándose, siendo ellas mismas y me dije: “¿y yo por qué no?” Ya estaba cansada de aparentar, de querer encajar como fuera, de simular comportarme como los demás, pero la realidad es que esa no era yo.

Durante más de un año estuve pensando lo que quería y cómo iba a lograr que me aceptaran. Vivir con una familia machista y transfóbica no sería fácil, pero ¿era esto lo que realmente quería?, ¿mostrarme como soy realmente me haría feliz?

Comencé a investigar más sobre la comunidad trans. Leí mucho sobre cómo podía lograr un cambio, consulté páginas en internet, platiqué con médicos y especialistas en el tema y decidí abrirme. Comencé con mi familia, la mitad me apoyó y la otra mitad me dio la espalda. En la escuela mis amigas lo tomaron muy bien y apoyaron mi decisión; sólo obtuve un comentario que me pareció fuera de lugar: “es sólo una etapa, después se te quitarían todos esos gustos”.

La gente se confunde con frecuencia y pretende ver la orientación sexual igual que la identidad de género. La identidad de género es cómo te identificas y la orientación sexual es el género al que te sientes atraída.

Si tú eres como yo, que no te importe lo que los demás digan de ti; sé feliz y demuéstrate a ti misma que puedes lograr todo lo que te propongas. 

Compartir: