Antes se enseñaba lo básico, lo elemental, la aritmética, sin embargo, el profesor Sotero Prieto Rodríguez hizo que la enseñanza fuera profesional, y así se pudiera ahondar en las matemáticas con el fin de que los ingenieros estuvieran mejor preparados, señaló
Jeanett Figueroa Martínez, maestra del plantel Azcapotzalco.
En entrevista, la profesora merecedora de la Cátedra Especial Ingeniero Sotero Prieto Rodríguez, para el Área de Matemáticas, adelantó que, tras recibir este reconocimiento, su tarea consistirá en difundir cómo enseñaba el matemático en las facultades “porque, sin estar titulado, daba clases a nivel bachillerato y profesional”.
En ese sentido, reveló que junto con sus alumnos creará infografías para hacerlas circular en redes sociales. El objetivo es difundir la labor del profesor, quien además de ser pionero de las matemáticas, logró ser una inspiración para sus estudiantes, ya que algunos fueron rectores o grandes catedráticos. Asimismo, se dijo emocionada por este reconocimiento, ya que significa “voltear a ver todo lo que se hace en el aula y a todo el conjunto de personas que está detrás de esta gestión educativa”.
“Es un orgullo que la Universidad reconozca todo, como el preparar las estrategias, buscar innovar, qué actividad lúdica realizar, así como la constante actualización”, dijo.
La docente del plantel Azcapotzalco expresó que también ha impartido cursos de formación a profesores, “porque al compartirles cómo se hace se baja a las aulas de manera sencilla. La metodología de enseñanza del ingeniero Sotero era hacer sencillas las matemáticas, quizás digan: ‘¿qué tienen que ver las matemáticas con la computación?’, pero esta palabra viene de computar, hacer cálculos”.
“La historia de la computación se remonta a las sumadoras, a las calculadoras, a todos los pioneros en la cuestión matemática, es la base de todas las ciencias y por esta razón me siento muy agradecida de haber obtenido esta cátedra”, expresó.
Sobre su propia formación, la doctora en Educación estudió Ingeniería en Computación cuando esta ciencia era pionera, sin embargo, contó con la orientación de sus padres, quienes le dijeron que era una profesión con mucho futuro: “tengo 28 años impartiendo la materia de Cómputo en el CCH y lo que más me agrada del Colegio es su libertad de cátedra”.
En cuanto a la experiencia de aprendizaje en las aulas, comentó que su gran motivación son los alumnos: “son mi motor y razón. Los estudiantes nos enseñan muchas cosas, a convivir, a comprender sus estilos de aprendizaje para que cuando estemos en el aula les podamos transmitir el conocimiento y se les facilite”.
“Me encanta cuando dicen: ‘¡ah, ya le entendí!’. Yo les diría a mis estudiantes que nunca se rindan, que sean persistentes, honestos y responsables para que con ello lleguen a sus metas, sea la meta que sea, no importa que sea Ingeniería en Computación”, aseguró.
FUE AYUDANTE DE PROFESOR
Por otra parte, destacó que entre sus experiencias formativas está el haber sido ayudante en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón: “tenía la misma edad que mis alumnos, fue un reto el poder estar frente a ellos. Disfruto mucho mis clases, transmitir el conocimiento, frente a una computadora es más fácil, no se me duermen, tener la tecnología de nuestro lado lo facilita más”.
Sin embargo, entre las dificultades en la docencia está “la apatía que veo en muchos estudiantes, como que ya no quieren estudiar; entonces ese es el reto, cómo cambiar nuestra didáctica para motivarlos y que digan: ‘por esa materia, sigo’”.
Por último, comentó que “aunque nuestros alumnos y alumnas son nativos digitales, desafortunadamente no ocupan esa herramienta en su beneficio, entonces hay que enseñarles a utilizar esos instrumentos. Pese a que las TIC ya no son la nueva herramienta, buscamos que permeen en todas las asignaturas del CCH, porque al final del día la materia se convierte en interdisciplinaria y se utiliza en cualquier ámbito de la vida académica”, destacó.