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Estudio sobre consumo de drogas en jóvenes

La socióloga compartió su experiencia con cecehacheros

Estudio sobre consumo de drogas en jóvenes
La socióloga compartió su experiencia con cecehacheros

Fortalecer el vínculo y la comunicación entre padres e hijos es la principal medida para prevenir el consumo de drogas entre jóvenes de secundaria y bachillerato, consideró la socióloga Carolina Espinosa Luna, quien habló a cecehacheros en el plantel Oriente sobre los resultados de un estudio realizado entre jóvenes de esa edad en el municipio de Guadalupe, Zacatecas.

La investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM), de la UNAM, explicó que el proyecto formó parte de un trabajo para atender dichos factores de riesgo y reducir la violencia a través de medidas de prevención en esa localidad.

Para ello, expuso vía Facebook, se hicieron entrevistas que identificaron tres problemas: consumo de drogas entre jóvenes, violencia intrafamiliar y delincuencia.

En total, dijo, entrevistó a 96.6% de la población escolar con un análisis exploratorio de regresión logística bivariado, que determinó que 31.3 por ciento de los chicos y chicas, con una edad promedio de 14.2 años, había consumido alguna droga (legal o ilegal) al menos una vez en su vida. La que más se consume es el alcohol, con una frecuencia similar entre hombres y mujeres.

El mayor riesgo de consumo se presentó en la preparatoria, en un rango 6.6 mayor, sobre todo en zonas donde hay más presencia de grupos criminales y acceso a dichas sustancias. También la posibilidad de riesgo se incrementó conforme avanzó el grado escolar y si estudiaban tiempo parcial o completo.

Le pareció curioso que la mayor escolaridad de las madres ayuda a disminuir el consumo de sustancias, por ser la persona que más convive con las y los adolescentes, por lo que tiene mayor capacidad de orientar y ayudar para evitar esta problemática.

Para concluir la plática organizada por el Programa Jóvenes Hacia la Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales, sugirió una intervención sociopolítica para fortalecer los vínculos sociales, familiares y de autoridades locales; generar formas de cohesión y solidaridad entre sus habitantes, y otra psicosocial, que fortalezca la inteligencia, trabajo en equipo, fomento de la actividad física y reafirmar los logros de metas para incrementar el bienestar subjetivo y disminuir la ansiedad y depresión, asociadas con las adicciones.

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