Maricarmen Vázquez, ganadora de la medalla de oro en el área Literatura durante la Primera Olimpiada Cecehachera del Conocimiento, afirma con honestidad: “Fue vasto mi asombro. Nunca tuve la aspiración del primer lugar, lo único que buscaba era superarme. Esta modalidad a la distancia hace que te sientas estancada; sin embargo, la pasión y motivación por la lectura, por sentirte viva, me hizo participar”.
La estudiante de sexto semestre del plantel Oriente agrega: “He avanzado a nivel académico y eso me ha dado otras experiencias. El hecho de ganar lo atribuyo a varios factores: no fue sólo sentarse y estudiar. Di unas asesorías en español para alumnos de secundaria, preparar esas clases ayudó. Mi hermana tuvo problemas con su materia de Análisis de Texto y la apoyé. Conservo mis libros de literatura. Repasarlos, organizar mis tiempos e informarme también contribuyó”.
La alumna que planea estudiar Medicina comenta que no siempre le agradó la literatura: “En la secundaria, una maestra repetía que estaba mal en mis oraciones, pero no explicaba por qué. Al ingresar a un curso para presentar el examen a la media superior, tuve una profesora admirable. Ahí fue mi encuentro con la literatura. Cuando llegué al CCH conocí a la maestra Diana Olivos, preguntó quién sabía el significado de la palabra ‘inefable’ y yo lo sabía. Desde ahí nos empezó a fomentar la curiosidad de no quedarse con lo simple y buscar más palabras, hablar bien”.
Maricarmen Vázquez nunca ha sido de desastre, sostiene: “Mis padres me inculcaron que, primero, tus compromisos y luego habrá tiempo para la diversión. Ha sido uno de mis principios. Entrar al Colegio me pegó un poco, porque no era mi primera opción y luego me tocó ir en la tarde, pero al paso del tiempo encontré a las personas correctas, porque algunas no son tan buenas, vives otro ambiente. La libertad es buena, la autonomía, saber que tienes tú que ir a preguntar. Tu mamá no va a estar atrás de ti”.
A la ganadora en letras le costó trabajo adaptarse al Modelo Educativo del Colegio, porque es muy dedicada: “Fue mucho trabajo, casi no dormía, pero es una satisfacción tener hecha la tarea y saber de qué trata, hace mucho la diferencia a la hora de estar en clases”. Respecto a sus profesores comentó que trata de rescatar lo mejor. Algunos son difíciles, complican la materia, pero hay otros que, además de formarnos, nos orientan a otras áreas te transmiten la pasión por su materia”.
