Marea feminista

Dialogan especialistas de México, Argentina, Chile y España

Aún son grandes los retos de la equidad, coinciden; la UNAM, en la lucha contra violencia de género

Dialogan especialistas de México, Argentina, Chile y España
Aún son grandes los retos de la equidad, coinciden; la UNAM, en la lucha contra violencia de género

Cuatro miradas y reflexiones con relación a un mismo tema, la desigualdad de género y el papel de las universidades ante la llamada marea feminista ofrecieron de México, Argentina, Chile y España, países que coincidieron en que hay avances pero tambien grandes retos a nivel internacional y, particularmente, para sus universidades en materia de equidad de género, en un contexto de gran fuerza feminista.

“Dónde, si no en las universidades, debe llevarse a cabo el análisis histórico, donde sus poblaciones estudiantiles son mayoritariamente femeninas, cuál es su papel, cuando el diálogo y los valores democráticos se ven asediados por el autoritarismo del pensamiento único”, cuestionó Andrés Ordóñez, al dar la bienvenida a las académicas invitadas al evento organizado por la Casa América, la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM y su Centro de Estudios Mexicanos en España.

La primera en tomar la palabra fue la doctora Sandra Lorenzano, directora de Cultura y Comunicación de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, moderadora de la charla, para preguntar qué pasa con una realidad de altísimos niveles de violencia de género que todos conocemos y vivimos en nuestros países, que ha provocado importantes movilizaciones de mujeres.

Las universidades no son ajenas a esta realidad y a esta lucha, por ello nos interesa analizar la situación de las mujeres y de las diversidades sexogenéricas, así como las acciones que se han realizado al respecto, explicó antes de darle la palabra a Tamara Martínez, coordinadora para la Igualdad de Género de la UNAM, quien reconoció que la tarea que tenemos es ardua y desafiante.

“Nos encaminamos a un feminismo que no sólo ha sacudido a las universidades, sino a los espacios patriarcales, esta cuarta ola lo ha hecho en toda América Latina, con un potencial de creación inmenso”, destacó.

Luego, se refirió a la creación de la Coordinación a su cargo y sus objetivos como implementar políticas institucionales en materia de prevención de la violencia y promoción de la igualdad de género, a través de la transversalidad en la docencia y la investigación y la difusión de la cultura, e impulsar un cambio en la comunidad universitaria en busca de generar una cultura de respeto.

Partieron de los pliegos petitorios de 2019 elaborados por estudiantes de distintas facultades y se realizaron reuniones con las CInIG de cada entidad universitaria, además de articular su labor con el Consejo Universitario y continuar con los diagnósticos con perspectiva de género para tener un panorama más certero de la realidad de la UNAM.

La demanda de los pliegos petitorios permitió modificar la norma universitaria, como es la tipificación de violencia género, que hoy es causa grave de sanción. La modificación de la Defensoría de los Derechos Universitarios ahora le permite atender las quejas por violencia y de articular la ruta de las autoridades a través de las unidades de defensoría que están en varias entidades de la UNAM.

En su turno, Diana Maffía, docente e investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Universidad de Buenos Aires, narró cómo ha sido el feminismo en su país desde el movimiento de las Madres de la Plaza de Mayo y cómo, a partir de la dictadura, tomó impulso en los noventa y tuvo un momento de inflexión en 2015 cuando un feminicidio cimbró a la sociedad y a las jovencitas que tomaron las redes para hacer crecer un movimiento y multitudinarias manifestaciones con pañuelo verde por un aborto seguro; también habló de la Red Interuniversitaria por la Igualdad de Género y contra las Violencias (Ruge) y la Ley Micaela, que avanza en promover una agenda feminista.

Carmen Andrade, directora de Igualdad de Género de la Universidad de Chile, destacó que el mayo feminista de 2018 produjo un terremoto, al exigir espacios libres de violencia y la erradicación del sexismo en la educación, “siempre hubo académicas feministas que trataron de poner el tema en el debate universitario, pero no lograron permear”.

Hoy, continuó, el acceso masivo de las mujeres a las universidades ha sido espectacular en las últimas décadas, pero la práctica docente es desigual, erradicarlo es un gran reto; contenidos y prácticas se tienen que modificar. En su opinión, instalar políticas de igualdad significa reducir o eliminar privilegios, por lo tanto “nunca nos van a poner alfombra roja, siempre vamos a estar en medio de conflictos, porque enfrentamos estructuras de poder”.

Victoria Robles Sanjuan, directora del Instituto Universitario de Investigación de Estudios de Género de la Universidad de Granada, habló de la evolución de los movimientos feministas en España de los años sesenta a los ochenta, entre los que destacan dos huelgas de cuidados, con la exigencia de que los hombres asumieran la carga extra de las mujeres, y que derivaron en la introducción de planes de igualdad. Aunque las universidades no reflejan las diversidades humanas, y mientras no lo hagan, seguirán los problemas de exclusión.

“Todavía falta. Los mayores retos son: tener una vida satisfactoria, con menos violencia en las universidades, un plan de cuidado que retribuya los tiempos de forma equitativa y justa, fomentar la investigación sin censura, porque todavía hacer estudios feministas supone un hándicap para las investigadoras”, consideró.

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