Durante dos años, la mayor parte de la población permaneció en sus casas debido a la pandemia por Covid-19, a raíz de lo cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido nuevas directrices respecto a la actividad física y las costumbres sedentarias que han adoptado cada vez más personas.
Según el organismo internacional, cinco millones de muertes al año se podrían evitar si la población fuera más activa, de ahí la urgencia de que las personas se mantengan en movimiento de una manera más dinámica en sus actividades cotidianas, y adopten una rutina permanente de ejercitación física.
Como muestra de ello, la Clínica Mayo ha realizado investigaciones con personas que pasan mucho tiempo sentadas frente a escritorios, pantallas o al volante, lo que puede ser perjudicial.
De acuerdo con un análisis de 13 estudios relacionados con el tiempo que la gente pasa sentada trabajando, con un promedio de ocho horas o más por día, éstas tenían el riesgo tan alto de morir como las personas que padecen alteraciones metabólicas, obesidad y tabaquismo. Además de aumentar el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular o cáncer.
A diferencia de otros estudios, en este análisis de datos de más de 1 millón de personas se encontró que 60 a 75 minutos de actividad física moderada por día contrarrestaban los efectos de estar sentado demasiado tiempo.
En otro estudio se encontró que el tiempo que permancieron sentadas contribuyó poco a la mortalidad de las personas que eran más activas.
Mientras se realizan más investigaciones sobre los efectos de permanecer sentado y realizar actividad física en el terreno de la salud, es necesario cambiar las formas de estudiar y trabajar, por ejemplo, modificando la posición corporal, sentarse menos y moverse más para mejorar la salud.
Para comenzar
Las personas que puedan trabajar paradas, podrían alternar sentarse y pararse apoyados con una alarma que les recuerde el cambio de posición y considerar beber agua si es posible.
Ponerse de pie cada 30 minutos.
Pararse al hablar por teléfono.
Caminar con compañeros durante las reuniones en lugar de permanecer sentados.
Realizar recorridos caminando a diferentes velocidades cuando hay cambio de salón o instalación.
Utilizar las escaleras en lugar de los elevadores.
Incluir un poco el ejercicio físico por lo menos 3 sesiones por semana.
Al implementar estos cambios se gastan más calorías y conducen a un aumento de la energía. Además, la actividad física contribuirá a mantener el tono muscular, la capacidad de moverse y el bienestar mental, especialmente a medida que pasan los años. Beneficios de estar de pie y en movimiento:
Disminuye y controla la progresión de la escoliosis.
Fortalece el sistema cardiovascular y desarrolla la resistencia.
Mejora la circulación.
Reduce la hinchazón de los pies.
Mejora la función intestinal y la regularidad para ir al baño.
Ayuda en las funciones de los riñones y la vejiga.
Previene la descalcificación.
En el CCH puedes recibir asesoría sobre cómo iniciar o mejorar tu condición física. El Departamento de Educación Física de tu plantel te ofrece la posibilidad de practicar la disciplina deportiva de tu interés. Comentarios y sugerencias al Departamento de Educación Física: defcch@cch.unam.mx
Referencias:
Laskowski, E. (2020). “¿Cuáles son los riesgos de estar sentado mucho tiempo?” Disponible en:
https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/adult-health/expert-answers/sitting/faq-20058005
Parrilla, L. (2020). “Regreso a la actividad física post-aislamiento”. Disponible en: https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=96927
OMS (2020). “Cada movimiento cuenta para mejorar la salud”. Disponible en: https://www.who.int/es/news/item/25-11-2020-every-move-counts-towards-better-health-says-who
