La UNAM mantiene vivo el legado del activista sudafricano con un espacio de reflexión

Combatió la discriminación, odio y las fobias

La UNAM mantiene vivo el legado del activista sudafricano con un espacio de reflexión

Combatió la discriminación, odio y las fobias
La UNAM mantiene vivo el legado del activista sudafricano con un espacio de reflexión

Uno de los legados de Nelson Mandela es llevar a cabo acciones desde la comprensión del poder, pues una persona es una persona a causa de los demás, “como lo explica un proverbio zulú de la filosofía Ubuntu, de donde es el activista”, señaló Bruno Velázquez García, coordinador de la Cátedra Extraordinaria Nelson Mandela en Derechos Humanos en las Artes, de la UNAM.

Lo anterior, al compartir en un conversatorio en línea con los estudiantes del Colegio, en el marco del Día Internacional Nelson Mandela, las principales característica sociales y humanas del hombre que luchó contra el apartheid en Sudáfrica.

En el evento, el profesor universitario enmarcó que el abogado y primer mandatario de etnia negra en gobernar Sudáfrica, de 1994 a 1999, se caracterizó por su lucha contra el colonialismo, el imperialismo capitalista, el racismo, el esclavismo, la opresión y contra “las cadenas del odio, la amargura, las fobias y la no violencia”.

A esto se agrega  un movimiento social, multicultural, plural y la lucha de clase, además de que defendió y apreció la diversidad, pues “los líderes son la cresta de una ola más grande y lo más visible para concretar lo que se hace por los demás”.

En ese sentido, Mandela es una de las personas más visibles por la lucha de un pueblo de segregación racial.

Pero, además, Mandela es el resultado de diferentes corrientes filosóficas y políticas como el helenismo, con la práctica de la hospitalidad; la universalidad del estoicismo y el cristianismo, entre otras corrientes.

Practicó el republicanismo, con la igualdad, la libertad y la fraternidad; el liberalismo con los derechos humanos y las garantías individuales; el socialismo, anarquismo y marxismo, “con la lucha contra la opresión y el individualismo capitalista, así como la sociedad basada en el compartir y el compromiso con el bien común”, explicó Velázquez García.

Asimismo, practicó  el personalismo: con la autonomía, el imperativo práctico y el valor absoluto de la persona como representante de la humanidad.

“Parte de su legado fue renunciar a las tradiciones y leyes opresivas, que vivió porque se tienen que combatir también los dogmas y las antiguas prácticas injustas basadas en prejuicios, pues siempre hay que luchar contra las cadenas de odio, las fobias”, consideró el profesor universitario. Esto último es lo que le permite dialogar y tratar de construir una Sudáfrica incluyente.

Otra de sus cualidades fue que tuvo un método desde la educación y el cuidado de sí, porque fue un gran deportista, boxeador y corredor, para hacer del deporte un método de construcción de paz y de perseverancia.

A lo anterior se sumó la claridad en los principios de las causas; la autonomía y la responsabilidad de los actos de las personas y sus causas, es decir, del saber responder por los propios actos con coherencia y congruencia.

Al hablar sobre la Cátedra Extraordinaria Nelson Mandela en Derechos Humanos en las Artes, el catedrático destacó que “promueve, desde las artes, el aprecio por la diversidad, el interés superior por las infancias, la cultura de la paz y la intolerancia al odio y la discriminación.

“No podemos permitir que haya discriminación, odio y fobias porque son irracionales y llevan a la barbarie”, señaló el especialista durante su charla con los cecehacheros.

Por lo anterior, la UNAM busca reconocer, honrar y mantener vivo el legado de Nelson Mandela con la cátedra, pues es un espacio para reflexionar y profundizar el vínculo entre las prácticas culturales y la defensa de los derechos humanos, promoviendo actividades centradas en la colectividad y en la creación artística socialmente comprometida y con perspectiva de género, derechos humanos, aprecio por la diversidad y la cultura de la paz.

También se busca visibilizar y denunciar, a partir de actividades artísticas, culturales y académicas, las violencias e injusticias de segregación, discriminación, machismo misógino del patriarcado y los crímenes de Estado.

Por último, se trabaja para promover la convivencia, el diálogo basado en coincidencias y en la búsqueda de acuerdos, así como en la construcción de comunidades comprometidas con combatir todos los tipos de violencia.

 

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