En 2021 se conmemoran los 500 años de la caída de México-Tenochtitlan, y esto da pie para revisar hechos y protagonistas de ese acontecimiento histórico en su relación con el presente. El proyecto escénico Malinche, Malinches reflexiona sobre lo que significa ser mujer en México a partir de este personaje femenino tan estigmatizado como poco comprendido.
El Museo Universitario del Chopo alberga la propuesta de la compañía La Máquina de Teatro, que está abierta a la participación de todas aquellas mujeres que deseen sumarse para aportar su visión sobre este personaje y su construcción en el imaginario colectivo.
Creado y dirigido por Juliana Faesler, Malinche, Malinches nació en 2010 como una obra de teatro cuyo guion se construyó con testimonios en torno a la situación de las mujeres en el país. Once años después, su creadora retoma la reflexión crítica con una dinámica similar en tres fases.
Para la primera se invitó a activistas, académicas y artistas a realizar un video con una acción cotidiana al tiempo que con voz en off dijeran parlamentos del texto de la obra.
Estos trabajos, realizados entre octubre y diciembre pasados, pueden verse en las plataformas digitales del Museo del Chopo. Son acciones performáticas en las que la Malinche contemporánea se muestra abiertamente rebelde, siempre contestataria y hermosamente lúcida.
La segunda fase, que arrancó en este enero y continuará hasta finales de marzo, lanza la convocatoria para que las participantes cuenten también en breves videos lo que significa ser mujer en el México de nuestros días. Y se tiene contemplada una tercera fase con el estreno de una instalación escénica en el Museo del Chopo el 30 de abril, si el semáforo epidemiológico lo permite.
“A través de la Malinche, encarnada en centenares de testimonios de mujeres, se hace una revisión de los discursos hegemónicos que han colocado a la mujer al margen de la historia”, dice su creadora, para quien esta nueva etapa del proyecto será mucho más potente porque se podrán escuchar las voces de mujeres en resistencia, madres solteras y otras luchadoras por sus derechos en el marco de una realidad social “que está al rojo vivo: la desesperación, las pintas, la desacralización de símbolos patrios, son parten de un enojo muy válido”.
