Luz y salud

La importancia del ciclo luz-oscuridad

Los excesos lumínicos afectan, alerta especialista

La importancia del ciclo luz-oscuridad
Los excesos lumínicos afectan, alerta especialista

Cuando las abuelitas dicen “duérmete que no vas a crecer”, es verdad; durante la noche se secreta la hormona del crecimiento y la melatonina regula los ciclos de sueño y vigilia. Despertamos gracias al incremento de otra hormona que se llama cortisol, así vamos teniendo patrones biológicos muy establecidos.

Así lo señaló Alberto Manuel Ángeles Castellanos, quien presentó Ciclo luz-oscuridad y su relación con la salud, como parte de Diálogos de Ciencia, Arte e Historia, organizados por el Museo de la Luz.

Por ejemplo, agregó, las comidas en la mañana son mucho más sanas que en la noche, todo está establecido a partir del ciclo luz-oscuridad, el ser humano trabaja durante el día y descansa en la noche. Existe una organización, una sincronización temporal, de acuerdo con este ciclo.

 El jefe del Departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina se refirió también a un estudio realizado en la unidad de cuidados intensivos neonatales, donde se encuentran bebés que nacen antes de tiempo, debajo del peso corporal o con falta de maduración pulmonar.

La luz les ocasiona estrés, afirmó, se mueven, lloran mucho, no duermen y estas condiciones no los hace ganar peso, los mantiene en mucha actividad y hay un gasto energético, a veces están muchos días. “Como no podemos apagar la luz, se propuso que estuvieran bajo un ciclo de luz/oscuridad, les colocaron cascos cefálicos por 12 horas, mejoraron sus condiciones y estuvieron menos tiempo en el hospital, que los que no usaron casco, hubo una diferencia entre la noche y el día”.

¿Tenemos un reloj biológico? En los ojos no sólo entran las imágenes, que se forman gracias a la refracción de la luz reflejada en un objeto. En las mañanas la luz entra a la retina, a través de los nervios ópticos, señaló el investigador, llega al cerebro y activa neuronas, organiza de manera temporal la corticosterona, una sincronización con el ciclo luz-oscuridad; cuando hay luz se activa y cuando es de noche se inhibe.

Por la tarde se agudiza el sentido del olfato, expuso, de modo que se recomienda hacer ejercicio de tipo aeróbico a esas horas porque se absorbe más oxígeno y es mejor para los pulmones. Se dice que somos un reloj porque podemos organizarnos y tenemos una serie de procesos o parámetros fisiológicos. Se ha observado que ciertas dolencias se acentúan por las noches, que los partos empiezan entre las diez y once de la noche, los nacimientos espontáneos se dan por lo general en la mañana y que los infartos son entre las ocho y once de la mañana.

El ganador de la Medalla al Mérito Académico 2018 mencionó que los que viven en ciudades pueden observar durante la noche una alta cantidad de luz, que es la contaminación lumínica, que pone en conflicto al sistema nervioso central, al reloj biológico, porque no identifica en qué momento acabó el día y empezó la noche, “esto produce que no se  genere la hormona del crecimiento y no se libere la melatonina, no se consolida el sueño, entonces hay una pérdida de éste, no se descansa y despertamos irritados”.

“Ahora los jóvenes y niños utilizan de manera exponencial los dispositivos móviles, exploran sus redes hasta altas horas de la noche, lo que produce una señal confusa que va a generar alteración de la organización temporal. A veces hay necesidad de hacerlo, como las personas que tienen trabajo nocturno, en los hospitales ni se diga, estamos ante la luz constante, esto genera cambios de vida y las personas adoptan conductas inadecuadas como comer en la noche y este exceso de calorías se incrementa las grasas. Al no descansar bien se acumula estrés, fatiga, irritabilidad, ansiedad y depresión”.  

Compartir: