A través de Lugo, un singular peluche color naranja, el Comité Técnico para la Atención de la Salud Mental de la Comunidad de la UNAM difunde la “Campaña de reducción de riesgos y daños al consumo de sustancias psicoactivas”, con la cual se busca compartir a los universitarios información sobre el consumo de drogas, riesgos y daños bajo la premisa de cero tabúes y sí con datos científicos.
Con un lenguaje sencillo y divertido, Lugo se reconoce como consumidor y habla sobre las sustancias psicoactivas, responde dudas de manera eficaz, sin prejuicios, y de manera objetiva y clara expone los peligros a la salud cuando se cae en una adicción.
A través de videos y trípticos, Lugo se conecta con la comunidad universitaria en las redes sociales, canales donde explica “no desde el tabú y el miedo” qué son las drogas, los elementos que los componen, sus efectos en el cuerpo humano, así como otros usos de acuerdo con aspectos culturales de la sociedad.
Con esta estrategia, el Comité reconoce que el consumo de sustancias psicoactivas es una situación que vulnera a los jóvenes, sin embargo, busca eliminar prejuicios y acercarse a la comunidad para establecer una comunicación libre de represalias, ya que en esencia trabaja para prevenir las adicciones.
En ese sentido, el Comité proporciona evidencia científica sobre este fenómeno para que los jóvenes universitarios tomen decisiones con información verificada, pues este sector poblacional no es homogéneo, tiene diferentes contextos sociales, económicos, psicológicos, educativos, entre otros, que influyen al momento de consumir.
Origen del programa
De acuerdo con María Elena Medina Mora, doctora por la Facultad de Psicología e integrante del Comité, las nuevas tecnologías han permitido reconocer los efectos del consumo de sustancias psicoactivas, analizar por qué un grupo de personas tiene más riesgo que otras, información que debe compartirse con la comunidad de la UNAM.
“Dentro de la gran variedad de estudiantes y de uso de las sustancias, tenemos un grupo que nos interesa mucho. Buscamos aproximarnos, si (estos grupos) han decidido usar alguna sustancia, que conozcan cuáles son los riesgos y cuáles son los daños bajo una perspectiva de evidencia científica”, dijo.
Asimismo, la especialista reveló que a nivel mundial ha incrementado el consumo de sustancias psicoactivas, pero también su acceso y, como consecuencia, son más potentes.
Por ello, la UNAM reconoció que los alumnos del CCH son un grupo vulnerable, por lo que fomenta esta iniciativa para proporcionar la información adecuada y con evidencia científica.
Cómo son las sustancias
Con una serie de entrevistas, Lugo habla con especialistas sobre estas sustancias. De manera directa, cuestiona qué son, cómo funcionan, qué daños provocan, pero también cuáles son los resultados de las investigaciones en cuanto a la metanfetamina, quiénes son los consumidores (no solo jóvenes) y con qué fines (no solo recreativos).
Dentro de estas cápsulas, se aborda la importancia de que el consumidor pueda contar con redes de apoyo, ya que el llamado “cristal” está relacionado con temas de depresión y ansiedad, por lo que se requiere atención especializada para eliminar la adicción.
Otros materiales que sirven a esta estrategia son los trípticos sobre el consumo de alcohol, la cannabis y otros estimulantes, tales como cocaína y MDMA (éxtasis, tachas), en los cuales se explican los efectos y cómo disminuir los riesgos tras ingerirlos.
Por otra parte, Lugo también presenta los Derechos de los Consumidores, en los cuales expone el derecho a la no discriminación y a la salud; al debido proceso y la asesoría jurídica; derecho a la información y la libertad de consumir responsablemente; derecho a la integridad y a no ser obligados a procesos degradantes y falsos de desintoxicación, así como el derecho al respeto y a la confidencialidad, y al uso tradicional.
De esta manera, el personaje llama a los jóvenes a visitar sus redes sociales en Instagram, Facebook y Twitter (Lugo y las drogas); así como Youtube (Lugo Potamio), con el fin de dar respuesta a muchas de las preguntas médicas o prácticas sobre el uso de drogas.
“Hay que aproximarse a las sustancias con información científica y veraz, y no desde el tabú y el miedo”, finalizó.