Los personajes teatrales

Acción dramática

Los montajes cuentan con un protagonista y un antagonista

Acción dramática
Los montajes cuentan con un protagonista y un antagonista

Existen muchas similitudes entre los personajes de un cuento, una novela e incluso una serie o película y los que conforman las obras de teatro. Por principio, en estas distintas formas literarias existen los personajes principales y los secundarios, lo mismo que en el teatro.

Sin embargo, en una película o una novela existe una tercera categoría llamada personajes incidentales que en el teatro es poco probable encontrar.

Estos personajes incidentales que en una novela o en una película pueden ser, por ejemplo, aquellos transeúntes que pasean por la calle sin ninguna trascendencia para el desarrollo de la acción, en el teatro no existen.

Dado que el teatro nunca representa la vida tal cual es, las figuras decorativas o ambientales no tienen cabida en un escenario.

En el teatro siempre encontramos un protagonista y un antagonista. El protagonista es aquel que busca que las cosas vuelvan al orden y el antagonista es aquel que las desea cambiar.

En una obra como Todos son mis hijos de Arthur Miller, cuesta trabajo distinguir a primera vista quién es el protagonista. Especialmente porque Chris Keller es el personaje que busca la verdad y cuyas acciones son ética y moralmente correctas suele confundírsele con el protagonista.

Sin embargo, en esta obra, tanto el título como los esfuerzos que realiza Joe Keller, padre de Chris, para que la vida se mantenga como hasta ahora, nos señalan que Joe es el protagonista y que Chris es su antagonista.

Una segunda categoría para analizar a los personajes teatrales es la de héroe y antihéroe. El héroe es aquél que puede y quiere, y el antihéroe el que puede, pero no quiere.

Estamos hablando de figuras poderosas dentro de la historia que tienen la solvencia ya sea física, mental o social para dirigir el camino de los demás personajes que integran la historia.

En el caso del héroe encontramos personajes como Edipo, Hamlet, o Nora de Casa de muñecas. Al revisar la historia de estos héroes podemos observar que tienen el poder dentro de su círculo y quieren cambiar las cosas para lograr el bien común.

Edipo, al ser el rey de Tebas, tiene el poder político y social para mover las cosas y terminar con la peste que azota su ciudad. Recibe el nombre de héroe trágico porque, aunque cumple con su cometido, al hacerlo pierde todo lo que tenía.

Algo similar sucede con Hamlet, pues utiliza su posición como príncipe de Dinamarca para vengar a muerte de su padre y restablecer el orden de toda la nación, aunque al hacerlo pierde a su madre y su propia vida.

Nora también es una heroína trágica, pues utiliza la posición que tiene para terminar con un matrimonio superficial y abusivo, aunque al hacerlo pierde a su familia y su futuro es incierto.

Los antihéroes son personajes que tienen el poder, pero no quieren el bienestar común, sino que buscan el propio. Shakespeare cuenta con dos magníficos antihéroes conocidos: Macbeth y Ricardo de Gloucester de Ricardo III.

Macbeth utiliza su posición cercana al trono de Escocia para asesinar al Rey Duncan cuando éste pasa una noche en su casa y lo hace pensando en su propio beneficio, pues desea convertirse en el próximo rey.

Algo parecido sucede con Ricardo de Gloucester, quien se encarga de matar a sus hermanos, directamente en el caso de George e indirectamente en el caso de Eduardo, y manda asesinar a sus sobrinos con tal de conseguir el trono de Inglaterra.

Estos personajes reciben el nombre de antihéroes y no el de villanos porque lo que el público está viendo es la historia de ellos, su degradación moral y finalmente su caída.

Las historias de personajes antihéroes son interesantes en el teatro porque son personas con poder que sufren una caída absoluta, parecida en sus dimensiones a la de los héroes trágicos, que generalmente termina destruyéndolos.

Los personajes antiheroicos deben ser atractivos, es decir, aunque sean ética o moralmente corruptos, deben tener cualidades que los hagan tridimensionales. Por ejemplo, Macbeth es un magnífico guerrero, además es un esposo devoto. Por su lado Ricardo de Gloucester es un personaje brillante, mucho más inteligente que todos los que le rodean, buen conversador e incluso divertido.

Conocer las características de los antagonistas y protagonistas de las obras dramáticas, así como las diferencias entre los héroes y los antihéroes nos sirve para analizar los textos que leemos con mejores posibilidades de distinguir la acción dramática principal, pero nos es particularmente útil cuando estamos tratando de realizar montajes escénicos.

Especialmente, cuando nos enfrentamos a un texto cuyo protagonista es un antihéroe, esta sencilla característica puede hacer volar la imaginación creativa para que la historia llegue con más contundencia y de forma novedosa hacia el público.

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