Por tercer año consecutivo los profesores Angélica Galván Torres y Guillermo García Belio, de los planteles Azcapotzalco y Vallejo, respectivamente, compartieron con los estudiantes del CCH un ejemplo de acción humana en favor de la preservación y cuidado de la tortuga Lora (Lepidochelys kempii) en Tecolutla, Veracruz.
Lo anterior como parte de las actividades organizadas para reforzar los aprendizajes adquiridos en los temas Conservación biológica y Biodiversidad en México, correspondientes a las asignaturas de Biología II y IV, respectivamente.
Se trata, explicó García Belio, de relacionar los factores naturales y antropogénicos con la biodiversidad; comprender el valor de la biodiversidad y proponer acciones para el mejoramiento de su entorno, al valorar la importancia de la conservación biológica como parte de su formación ética; reconocer los esfuerzos que realizan grupos humanos para desarrollar programas sustentables, y la importancia de la participación ciudadana a partir de su experiencia virtual a través de la liberación de la tortuga Lora.
De esta manera, a través de la conferencia “Recuperación de la tortuga Lora” en Tecolutla, Veracruz, la antropóloga social Irma Galván Tejada, de la asociación civil Vida Milenaria, refirió la importancia de vincular los conocimientos que se adquieren en clase con aquellas acciones civiles, en este caso lo que se realiza la asociación Vida Milenaria en las playas de Veracruz desde los años setenta, ante la posible extinción de la tortuga endémica de México.
“Las pequeñas acciones pueden transformarse en grandes cambios y es necesario hacer partícipes a las nuevas generaciones”, dijo.
Inició el rescate
La tortuga Lora, comentó la ponente, es endémica de México, solamente se le ubica al norte de Veracruz y sur de Tamaulipas, si se acaba en México, se acaba esta especie en el mundo. Por lo que tenemos doble responsabilidad en su cuidado, subrayó.
La iniciativa, que dio paso a la asociación, surgió en 1974 cuando Fernando Manzano comenzó a cuidar las tortugas de forma individual, después de conocer, a través de un documental, el trabajo de Jacques-Yves Cousteau para la conservación de tortugas en Filipinas; durante su exploración en la playa, el mexicano se dio cuenta de que en promedio llegaban cinco tortugas, sabría después que se llegó a contabilizar en 1947, un millón de ejemplares de dicha especie, lo que indicaba que estaba al borde de la extinción.
Tuvo que comenzar a romper con ciertos hábitos de la comunidad que veía el consumo de la tortuga como algo natural.
“Hoy se puede decir que se hizo una concientización del pueblo, las escuelas de educación básica comenzaron a participar en las actividades y se documentó sobre la especie. La gente de Tecolutla está muy comprometida con nosotros y eso nos da mucho orgullo”.
Este trabajo consistió en proteger 35 km de playa; se ubican y cuidan los nidos de los depredadores animales con mallas; se han puesto transmisores satelitales para seguir la trayectoria de las tortugas.
