Desde pequeña, Samantha Natali Rodríguez Falcón supo que la Universidad Nacional es la mejor de México y siempre fue uno de sus grandes anhelos pertenecer a la máxima casa de estudios.
La alumna de sexto semestre expresó que es la primera de su familia que tiene la oportunidad de estudiar en el CCH, y el plantel Naucalpan siempre fue su primera opción, además de la cercanía, por las ventajas que les ofrece a sus estudiantes: apoyos, cursos, talleres, que les dan inspiración y libertad para aprender por su cuenta.
Samantha, quien obtuvo 9.9 de promedio al finalizar su bachillerato, dijo que si bien al inicio no tienen claro hacia dónde van o qué licenciatura quieren cursar, el Colegio brinda muchas herramientas para tomar la mejor decisión.
“Ser una cecehachera es un gran orgullo. Estoy contenta de haber pertenecido al Colegio, sobre todo a esta generación, que tuvo que enfrentar muchos obstáculos debido a la pandemia; iniciamos nuestro bachillerato completamente en línea y creo que eso significó uno de los desafíos más grandes que enfrentamos, porque todos teníamos el ansia y el deseo de conocer la escuela, pero no fue hasta dos años después que pudimos hacerlo”.
Para Rodríguez Falcón, al igual que para muchas personas, la pandemia fue una etapa difícil porque no contaba con una computadora y tuvo que adaptarse a trabajar con su celular, en ocasiones con fallas de internet, además de que seres queridos fallecieron.
A los nuevos cecehacheros les aconseja que entren con mucho ánimo, así como con ganas de trabajar y esforzarse, que aprovechen y disfruten al máximo todas las oportunidades que el Colegio les da: “a quienes entren, pongan todo su entusiasmo y dedicación. Yo habló desde mi experiencia, soy de bajos recursos y el Colegio te da tanto y no te pide nada a cambio. Siempre reconoce tu esfuerzo y te motiva, incluso si tienes una complicación y no pudiste acreditar una asignatura, te da oportunidades para que no te afecte”.
Sobre su promedio, refirió que, debido a su situación económica, siempre ha tenido claro que para terminar una licenciatura hay que esforzarse al máximo para conseguirlo. “Desde pequeña me ha gustado obtener calificaciones altas, cuando entré al Colegio, a pesar de estar en línea, fue una satisfacción muy grande y puse todo mi empeño, traté de que las limitaciones no fueran un obstáculo. Me propuse continuar con buenas calificaciones, porque si quería estudiar Medicina, mi promedio tenía que ser alto”.
La mayor enseñanza del Colegio que se lleva Samantha es que si un alumno constante y perseverante, puede alcanzar sus sueños y cualquier meta que se fije, sin importar los obstáculos o adversidades que puedan presentarse; si llega alguna eventualidad, el CCH da la confianza de acercarse y obtener los apoyos que fuesen necesarios.
