La agenda del feminismo del siglo XXI está encaminada a lograr una ciudadanía de las mujeres con igualdad sustantiva, en la cual estén investidas con derechos humanos, sexuales y reproductivos, y estén consideradas todas las mujeres, sin distinción alguna, más allá de clase social, grupos racializados o étnicos, etcétera, aseguró la profesora Rocío Valdés Quintero.
Al impartir la conferencia “Ciudadanía de las mujeres”, advirtió que mientras haya mujeres excluidas, sin historia, pero sí con destino a la privación de sus libertades, el feminismo como movimiento social y como teoría política seguirá vigente con sus vanguardias y sus múltiples maneras de actuar para irrumpir en el orden existente.
En el marco de las actividades del plantel con motivo del 25N, explicó que la ciudadanía de las mujeres implica hablar del feminismo como movimiento social de mujeres, por y para mujeres; además, es teoría y acción política y, por supuesto, ha tenido diferentes agendas y vanguardias, todas las cuales les han permitido habitar el mundo de una manera distinta, desde nuestra propia identidad.
Sobre el camino que el feminismo ha recorrido en la búsqueda de los derechos de las mujeres y, por ende, de la consolidación de una ciudadanía plena, la profesora repuso que “se dice que ser ciudadana o ciudadano es pertenecer a una comunidad política mediada por un pacto social, que es la ley”.
En ese sentido, retomó a la socióloga Lucía Álvarez, para quien la ciudadanía es una construcción social que se da a través de la apropiación e interiorización de las normas, costumbres, discursos, significados, miedos, entre otros, que se viven en la cotidianidad.
Valdés, quien también es Persona Orientadora Comunitaria, recordó la lucha que han librado las mujeres contra la desigualdad, desde que Olympe de Gouge cuestionó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, hasta los logros que se han obtenido, por ejemplo en México, donde se consiguió la promulgación de la Ley de Acceso a una vida libre de violencia para las mujeres y niñas.
Otros logros son la despenalización del aborto y la Ley Olimpia, y en la UNAM, modificar los artículos 95 y 98 del Estatuto General para determinar que cualquier acto de violencia es grave y las sanciones en caso de violencia de género.
