Logran rescatar el Museo Vivo

Espacio de conservación

Son alumnos practicantes de opciones técnicas

Espacio de conservación
Son alumnos practicantes de opciones técnicas

Hace unos años, el jardín que se ubica dentro del Siladin de Azcapotzalco lucía de manera original la cabeza de un puma prehispánico con dos de sus huellas, contorno formado por tezontle y relleno de tepojal, una roca de origen volcánico con tonalidad blanca; una variedad de cactáceas y agaváceas sembradas dentro de las siluetas, diseño que formaba parte del inicio del Museo Vivo de Plantas, coordinado por los profesores de Biología Martha Sánchez Contreras y José Mario Miranda Herrera.

El museo forma parte del proyecto sobre Colecciones Didácticas en Ciencias Naturales que los profesores han trabajado con los alumnos desde hace algunos años, a fin de contar con un banco de datos y pueda ser considerado como un patrimonio local de interés para la comunidad cecehachera, al ser fuente primaria de conocimiento y de información sobre nuestra biodiversidad.

Respecto al Museo Vivo de Plantas, éste se inició en el 2000, pero se formalizó en el 2003, con el paso del tiempo y, particularmente, con la pandemia y algunos paros de actividades que ocurrieron recientemente, el museo fue perdiendo su forma y fue invadido por la hierba que creció dentro de las siluetas.

Ahora, profesores que dieron origen al proyecto, junto con alumnos del Estudio Técnico Especializado en Propagación de Plantas y Diseño de Áreas Verdes (PDA), han puesto manos a la obra restaurando toda el área y rescatando el diseño original de las jardineras.

“Son alumnos de tres generaciones que no han podido realizar su servicio o prácticas debido a la pandemia, lo que resultó en un doble beneficio ya que aplican sus conocimientos y su trabajo se queda en nuestro plantel”, señaló Mario Miranda, a cargo del proyecto original y de su restauración.

Dentro de las siluetas, agregó, se pretende seguir sembrando diversas especies de cactáceas, “conservamos algunos ejemplares muy interesantes como el Pereskia, género taxonómico que comprende 25 especies y variedades tropicales de cactus con hojas, que es la finalidad de todo este trabajo. Además de apoyar la práctica experimental de las clases curriculares de Biología, también abordamos el aspecto de preservación y conservación de la biodiversidad”, subrayó.

Los alumnos de PDA también han colaborado en la propagación de plantas, sembrando algunas que pueden estar en peligro de extinción, ya que el principal objetivo es la conservación biológica, explicó.

En ambos proyectos han participado cerca de 20 alumnos de PDA, para quienes ha resultado de gran interés y mucho aprendizaje práctico. 

Compartir: