En el marco del Segundo Festival Cultural del CCH, Zyanya Sánchez presentó a los estudiantes del plantel Vallejo la Antología Narrativa de Amparo Dávila, de la Colección Textos en Rotación, una compilación de cuentos que narran asuntos y cuestiones que “cualquier ser humano vive en el día a día”.
Ante un público participativo y entusiasta, la profesora de Historia refirió que la escritora mexicana, es dueña de una narración maravillosa, la cual le ha merecido un reconocimiento especial en las letras mexicanas, pero también representa la oportunidad de acercarse a la literatura hecha por mujeres.
“Su cuento El huésped es su obra más grande, pero además tiene Alta cocina, sobre unos animalitos que cocinan en su casa y que son muy caros; La señorita Julia, de la que leeremos un fragmento y Un boleto para cualquier parte, hablan mucho de la muerte, de la soledad, del ser humano, la tristeza, el miedo, la ira, de una añoranza de vivir en un lugar en calma, perfecto. Otro cuento es Muerte en el bosque”.
Al ser cuestionada sobre sus acercamientos a la literatura, la coordinadora editorial de revistas recordó que cuando era niña le leían El soldadito de plomo y El principito, también Frankenstein. No obstante, al crecer, sintió fascinación por el género de horror, por lo que Mary Shelley y Edgar Allan Poe fueron sus favoritos, sin embargo, también aparecieron autores del realismo mágico momo Gabriel García Márquez.
Asimismo, expresó que un tema importante que se aborda en la actual enseñanza de la literatura es el feminismo: “cuando les hablo a mis estudiantes acerca del tema, les mencionó a Mary Shelley, quien siendo una adolescente escribió Frankenstein y cómo estas historias de terror las convirtió en obras de arte”.
Aunado a ello, recordó que otra de sus autoras predilectas que recomienda a sus estudiantes es la feminista Kate Millett: “también les pido la lectura de Calibán y la bruja, de Silvia Federici, que narra cómo la mujer en el feudalismo fue encasillada y llamada bruja, porque ellas salían a buscar comida y remedios caseros para su familia y la Iglesia las mataba”.
Por último, resaltó que con la revolución francesa, Olympe de Gouges presentó la Carta de los derechos de la mujer, del niño y la niña, lo que representó un gran avance: “conforme pasan las décadas se busca más derechos y libertades. Desafortunadamente el término se ha manipulado y se ha relacionado con otros movimientos como el anarquismo”, finalizó.