Como parte de la 6ª Jornada por la Igualdad de Género que se realizó en los cinco planteles del Colegio, en el plantel Vallejo la profesora Blanca Gandarilla Ajá habló del feminismo descolonial, el cual reconoce y celebra la diversidad de experiencias y culturas de las mujeres en América, y busca promover la inclusión y la igualdad, pero, sobre todo, brindarle a las mujeres más oprimidas del sistema la posibilidad de que se escuche su voz.
En la sala III del Siladin, Gandarilla Ajé impartió la conferencia “Descolonización y empoderamiento de las mujeres latinas”, donde expuso a las y los estudiantes la historia de Domitila, una mujer indígena boliviana quien compartió en un libro cómo era su vida antes y después de ser parte de un sindicato de cocineras; la dificultad para sobrevivir con poco dinero y correr siempre de una actividad a otra; despertar a las cuatro de la mañana para preparar las empanadas y vender afuera de una escuela; apresurarse para alcanzar verdura para preparar la comida, lavar y hacerse su propia ropa y la de su familia.
La docente del plantel Vallejo reconoció que no es fácil descolonizar nuestra mente, pensar desde nosotros mismos, desde la violencia cotidiana, desde el Metro atiborrado, “resulta un verdadero reto pensar, repensar y construir una reflexión opuesta a lo global. Es cuando el pensamiento descolonial se vuelve uno contra el mundo y hay que rescatarlo, enseñarlo y difundirlo, porque es liberador, nos permite desarrollar un pensamiento crítico y nos acerca a una idea de la justicia social e histórica, porque se construye desde el cuestionamiento de la injusticia.
Agregó que es un movimiento que busca combinar la lucha contra el patriarcado y la colonialidad, cuestionar y desafiar las estructuras de poder que han sido impuestas sobre las mujeres y las comunidades indígenas y afrodescendientes en América. “Si bien hoy tenemos al frente una mujer científica, aún falta mucho para que alcancemos una verdadera equidad”.
Microprocesos revolucionarios
En la Sala José Vasconcelos, Galia Isabel González Rosas, estudiante de Historia del Arte y egresada del Claustro de Sor Juana, hizo un recuento de cómo se interesó en el bordado y cómo se involucró con distintos grupos que realizan esta actividad, al comentar el tema “Bordado Femenino para imaginar otros mundos posibles”.
Compartió ser originaria de Guanajuato y a los cinco años aprendió a bordar con sus tías: “cuando empecé a estudiar me interesó la cuestión de género, pero cuando tocábamos esos temas me desgastaba mucho y bordaba, no lo pensaba como arte, sentía bonito, mis amigas me vieron y nos empezamos a reunir con feministas que bordaban”.
“Las puntadas son microprocesos revolucionarios. La relación de las manos con los hilos puede acarrear un proceso de percepción y de sensibilidad fuera de la subjetividad machista y capitalista, más allá de una subjetividad de muerte y dominación”, compartió.
“Yo lo hago por gusto, se habla de muchas formas de arte, creo que el bordado también lo es, bordamos, platicamos y coincidimos en lo que sentimos al hacerlo”, dijo. A pregunta expresa, explicó que esta actividad no puede hacer nada contra el machismo, “eso es asunto de cada persona, la estructura machista en México se sostiene con el ejercicio de todas y todos, y si no nos posicionamos, por mucho que yo te insista que bordes con nosotras para que no seas machista, pues no me vas hacer caso, creo que es la posición es de cada persona”.
“Nuestro colectivo no trata de cambiar la mentalidad de nadie que no quiera cambiar, simplemente invitamos a bordar, hay una súper percepción machista en México, pero al mismo tiempo tenemos mucha resistencia.
La conferencista mostró imágenes de los colectivos que bordan y que se han unido porque comparten muchas cosas y se apoyan. En ambas conferencias, la participación fue abundante y se mostró un alto nivel de conciencia acerca de la igualdad de género.