Existen figuras que desde la religión reflejan cómo se ha tratado la mujer a lo largo de la historia, una de las más enigmáticas es la de Lilith quien ha tenido muchas variaciones. El profesor Jonathan Juárez Melgoza, que tiene estudios sobre arte y estudios interdisciplinarios de la religión, platicó con jóvenes de Vallejo sobe los cambios y consecuencias en la condición de la mujer del mito de Lilith.
De las primeras cosas que hizo notar es la importancia de la religión en la conducta de las sociedades, los credos religiosos inspiran, unen o sancionan, entre otras funciones, explicó el docente. Para esta charla abordó el texto bíblico del Génesis, pues en él convergen detalles de varias tradiciones que convivieron con la judía y cuyas variantes han dado paso a las versiones “oficiales” que tenemos hoy y que reflejan estereotipos de género.
Explicó que las figuras como la de Eva incluso es “préstamo” de la tradición hitita en la que es una diosa, mientras que en el texto bíblico es la mujer creada de la costilla de Adán y que es acusada de caer en tentación y como castigo debe parir con dolor y someterse a la voluntad de su marido. El especialista señaló que este último castigo tiene una relación con su creación, es una parte que depende del cuerpo del hombre, a partir de ahí se establecen roles de cuidado, subordinación y enclaustramiento a la esfera privada.
Por otra parte ¿Y si Eva no fue la primera mujer? Entonces encontramos a Lilith como una figura arrancada de los textos sagrados; mencionada en los textos del Apocalipsis e Isaías, como otro “préstamo” de las tradiciones sumerio-babilónicas en las que es una diosa de la fertilidad, con la característica de que en algunas variaciones aparece con patas de lechuza, modo en el que se le menciona en algunos textos, mencionó el ponente.
Lilith fue creada con la misma naturaleza de Adán por lo que el tema de la sumisión no puede aplicarse, lo que la vuelve rebelde, de la misma manera aparece en textos de la tradición judía con un halo monstruoso, un ser de la noche, un demonio promiscuo. En el Talmud se convierte en un ser maligno que se lleva a los niños varones.
“Para las lógicas más patriarcales de esta lectura sólo hay dos opciones, o la mujer transgresora que nos lleva al peor mal o si es recatada y obediente nos redime y nos lleva al bien” señaló Jonathan; sin embargo, Lilith ha cobrado relevancia como figura de poder y libertad, textos como el de The coming of Lilith de Judith Plaskow teóloga judeo- feminista que nos invita a repensar el papel de Lilith no como un monstruo sino como una figura atacada por ser una mujer con criterio propio, mal entendida y difamada por ser libre.
El ponente invitó a reflexionar ¿Qué pasa cuando se menosprecia la figura de una mujer fuerte e independiente? ¿Qué importancia puede tener en la construcción de un imaginario social? ¿Cuáles son las consecuencias sociales?